LÍNEAS AGNÓSTICAS (solo dibujos)

Estos dibujos nacen para calmar la línea recta que el cerebro cree que debe seguir. Una línea recta que inventamos para creernos una meta, un horario, un vínculo medio muerto o la idea de eternidad que se nos escapa. Se hacen rápido y son como volar con la mano. De la blancura vértigo impoluto del papel vacío van llegando estos cuerpos sin nombre, humorizados, asombrados y faltos de perspectiva como la mano que los trae hasta aquí. Mientras suena un violín, algún piano o el silencio de los días, aparecen caras, bocas montadas en estrellas y un delirio florecido de lunares. Estas figuras dilatan las esquinas del cerebro. No tienen ninguna razón de ser. Son expresión pura. A mí  me gusta hacerlos, tienen alma de nata que resbala, patinan y flotan. Son raros. Tal vez una síntesis de la mirada infantil que debió esconderse un día y sale llamándose dibujo.

Para mí dibujar es habitar la infancia, olvidar el banco, la compra y la seriedad aplastante de existir todos los días. Son líneas agnósticas, no saben, van siendo ante su propia sorpresa.  Me pedían salir del armario y les he dado vía libre.