Había un extraño eco en la memoria que al chocar contra el muro de mi existencia, dejó escritas las palabras que quedaron para siempre en este libro, y ante la eternidad de lo ocurrido, en razón de unos hechos imborrables, os dirán de lo que fueron o han sido, antes de que mi longeva edad las borre para siempre en el olvido.
Fue así como las dejé escritas en el momento preciso, cuando a mis 85 años cumplidos, he podido completar el álbum de los recuerdos que, de ahora en adelante, ya solo serán los posos de una providencial filosofía. ¿Hay alguien mejor que yo, que pueda entender aquel pasado que escribo.
No se trata que, a mi existencialismo, se le vayan aportando los años a la vida, pues siempre he procurado que sea la vida quien los vaya añadiendo a mis años. Para conseguirlo he necesitado una gran fuerza de voluntad mens sana in corpore sano.
- ¿Y aún la existencia me da fuerzas para obligarme a saltar sobre un cúmulo de basuras Perdonadme si todavía os llega un cierto olor a podrido que trataré de impedir con los fermentos que aromaron mi alma y el perfume de un incienso, que fue dejando en mi mente, la influencia del cariño en el camino escogido. Tan opuesto al que hubiera sido mi destino, sin el gran poder de los dictados inmortales del espíritu, a los que siempre hice caso. ¿O sería éste el que marcó mi destino Es algo tan oculto en el ser humano que jamás pude saber si conseguí transitar por un distinto camino. Para bien o para mal.
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¿Podré culpar al destino que coincidió en mi juventud con la tremenda ruina de España
Si recoges a un lobo hambriento y lo alimentas y cuidas, siempre tendrás un fiel amigo, que jamás te morderá. Ésta es la principal diferencia entre un ser irracional y las que encontraréis en un ser humano, en las memorias de este libro.
Los perfectos de este mundo
fueron los que se abortaron,
pues si hubieran nacido,
serían seres humanos.
Para no contradecir a nadie, cuando estaba a punto de borrar este cuarteto, me sacó de la mente un pensamiento donde alguien preguntaba: -¿acaso te pedí que me nacieras-
Hoy, en las hojas revividas de este libro, enciendo las luces de la memoria, para que puedan surgir de nuevo las sombras de los recuerdos.
El interés de un libro de Memorias no se encuentra en el protagonista, sino en la cronológica trayectoria de su paso por este mundo.
Conocer su vida, para el lector puede tener más interés que la de un pastor o la de un Rey, todo consiste en la transcendencia producida por el contenido de la obra y, sobre todo, si en sus páginas se encierra un ejemplo docente y moral que le muestren la realidad de unos episodios en la grata lectura de su texto, tan semejantes al que puede originarle el fantástico buceo literario en la temática argumental de una novela. ¿Qué mejores sensaciones se pueden disfrutar a favor de lo que son unos episodios reales
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Su contenido, no solamente puede proporcionar cierta feliz e imprescindible lectura, sino el placer de su sentido pedagógico enriquecido por esa diferencia humana que existe entre San Juan de la Cruz y Napoleón, sin salirse de los raíles de una histórica imaginación.
He aquí mi venganza hacia el mal, es el arma que esgrime en su defensa contra un morboso proceder que le obliga a salirle al paso a la ambición de un monstruoso egoísmo que se ensaña con arrebato contra el sagrado bien de quien le dio en vida su fraternal cariño, sin el cual nunca hubiera dado lugar a que escribiera mi biografía, con la cervantina acepción de algún ejemplo provechoso, que pone en la narrativa el mecanismo de su emocionante desarrollo.