El verdadero artífice de la poesía alcanza la esencia de lo que
es y significa la vida. Cada verso suena como una campanada
metafísica. Es impresionante conocer lo que se puede hacer con la
palabra expresando sentimientos tan amplios, ideas tan profundas
y sonoridades tan perfectas.
Vega Arámburu es poeta - o poetisa, como se prefiera- que,
sirviéndose de modelos tradicionales y de arquetipos del canto,
abarca los grandes temas permanentes de la conducta humana a
través de una lírica moralista y filosófica girando entre los polos
del amor, del sufrimiento, del temor, de la muerte, del bien y
del mal.
Las de su primer poemario Tiempo para amar son páginas de
pensamiento profundo, hermosos versos acoplados con estilo y
nueva actitud estética como para redimir la importancia de las
cosas sencillas, sin abandonar lo vitalmente humano, que exige
su verdad, signo de un brillante, por sincero y sensible, lenguaje
poético.
Vega tiene una especial luz interior para escribir poemas.
Además de llevar luto dentro del alma que le estalla como carga
contemplativa para cantar como canta el agua: con fluir natural,
con fresca lozanía salida espontáneamente de las entrañas de la fantasía. Vega es un torrente de inquietud femenina atendiendo a
los dones de la gracia que le han sido concedidos. Y que ella nos
ofrenda como un mensaje susurrado de un corazón para otro
corazón.
Con cuánta nostalgia, con cuánta transparencia, Vega Arámburu
canta líricamente para nosotros. Ella, que turbada por las cosas
que la rodean influenciándola busca la compañía, el eco, de forma
intuitiva y manifiesta capacidad de imaginación, a través de los
sentidos, sintiéndose, por ello, tierra fértil donde la semilla cae
dando generosos frutos, los mismos con los que pasa, con nota
afirmativa, el examen de su bautismo poético.
Como escribiera Borges para Enrique Banchs: para alcanzar
la página que vive / más allá de la mano que la escribe / (...)
nos ha dejado cosas inmortales, pienso, afirmo y declaro que en
Vega Arámburu sigue habiendo una poetisa auténtica detrás de
las palabras dichas, que, por su intensa e inspirada creatividad,
conocemos la compleja e inagotable personalidad de esta autora de
lírica cálida y mágica sedienta de apetencias, debatiéndose entre
la fronda verbal y la evidencia cósmica que hace desbordante la
expresión de su caudalosa vocación poética.
La poesía de Vega Arámburu. es un oasis para los sentidos y
lo es porque comunica la encamación de su sentir. Sencilla,
inteligible, penetrándola, profundizándola, sus lectores están un
poco más cerca de Dios.
MARIO ÁNGEL MARRODÁN
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