Ni lunas, ni poemas

En cada una de estas páginas hay una oración que bien podría ser una reflexión acerca del amor, como también podría ser un poema de amor.  Sin embargo ni lo uno, ni lo otro.  Porque como siempre ha dicho el autor: la poesía para los poetas.  Así las cosas, sólo nos queda presentar esta obra como sentimientos expresados poéticamente.  Acaso por lo mismo Juan Carlos Muñoz logra, en medio de la atmósfera que crea y la cadencia verbal que le otorga a estas líneas, hacer concordar a sus lectores con estas verdades negadas, o mentiras ciertas y defenderlas, como si fuéramos los propios autores de Ni lunas ni poemas.

Este es un libro distinto al anterior: Cuando la musa, y es cierto, no es un poeta y aquí no intenta serlo tampoco, pero es innegable la poesía que envuelve a cada oración que narra cómo va extirpando toda mezquindad para dar con el amor y cómo va abriéndose camino por las negaciones hasta dar con la verdad.