A dos manos

Esta novela corta presenta un apasionado carteo entre dos personajes que sin conocerse existen cada uno en la ilusión del otro, deseando, esperando, la intriga del  encuentro. Mientras alcanzan el cielo y el infierno de la pupila de un "otro" que les sirva de espejo, van dibujando cada uno el asedio de su diálogo interior.

 

Una mujer, presa de la historia sobre la carta robada de Poe y la carta postal de Derrida, escribe negándose a perderse. Lo que pierde , por  casualidad o por necesidad es  el cuaderno que, por su lado, su corresponsal consigue sin buscarlo. Al leerla, Armando reconoce el camino para hacer más auténtica su propia escritura. Desnuda ante un hombre, el alma de una mujer, más que la desnudez de su cuerpo, pone en duda la función de las palabras.

 

Escrita, leída y cifrada, la pareja entrelaza en A Dos Manos un amor que es causa y efecto del uno y del otro. El relato de la seducción y la promesa de la intimidad se atraen , así, gracias y a pesar de las palabras.