HACIA UN MODELO KEYNESIANO GENERALIZADO PARA EL SIGLO XXi

La crisis que comenzó en el 2008 más los efectos económicos provocados por la pandemia actual ha obligado a poner de nuevo a Keynes en la palestra ante el fracaso de la recetas neoliberales del próximo pasado. Pero un Keynes o un keynesianismo del siglo pasado no nos vale. Ni siquiera un post-keynesianismo ingenuo que pueda ser atacado de nuevo, como ocurrió por neoliberales al acecho, esperando que pase el tsunami de sus fracasos para volver de nuevo con sus recetas del solo mercado y de que cuanto menos Estado mejor. Un nuevo keynesianismo exige valorar el cómo y no tanto la cuantía de la financión del gasto y las inversiones públicas. Sabemos que la composición interna relativa de los impuestos que va a dar soporte a estos gastos es decisiva para que el efecto multiplicador del consumo, la inversión privada, los gastos públicos, las exportaciones, sean positivo y alcance su máximo potencial. En este trabajo trata precisamente de esto. También de los efectos sobre el multiplicador de los déficits y el endeudamiento a través de la Deuda Pública.