INMIGRACIÓN, MINORÍAS E INTEGRACIÓN. Libertad de conciencia y laicidad. VOLUMEN II

Este es el resultado del trabajo coordinado de más de 20 investigadores de 10 Universidades Es­pañolas enriquecido por observaciones de varios investigadores extranjeros, en algún caso en forma de artículos en los que se estudia la legislación sobre minorías de cuatro países represen­tantes de otros tantos modelos de integración social, que también se incorporan al volumen III. Todas estas aportaciones de Derecho comparado forman parte del mismo. En los primeros volú­menes hemos agrupado los estudios sobre minorías e inmigración en España, tanto la legislación general del Estado como la de las distintas autonomías.

Hemos contado con el estímulo de profesores extranjeros como el Profesor H. SCHÄFFER, que ya no está entre nosotros, a quien siempre recordaremos, y de su equipo de la Universidad de Salz­burgo, al profesor G. CIMBALO de la Universidad de Bolonia y a los profesores IRENE ILIEVA (Bulgaria), IVAN BOEV (Francia) y SPASIMIR DOMARADZKI (Polonia).

Tres son las palabras clave que se agazapan tras las bambalinas de nuestro trabajo de investigación: inmigración, minorías e integración para la convivencia pacífica, fuente de la cohesión social.

Europa y más en concreto España se están convirtiendo, o van camino de transformarse, en so­ciedades multiculturales o acaso culturalmente mestizas.

Dos son los factores fundamentales: el principio de libre circulación en el seno de la Unión Euro­pea para los nacionales de los países miembros y la creciente oleada de inmigrantes. La actual crisis económica mundial ha supuesto un freno brusco y severo a la inmigración, pero no es su final. El fenómeno de la inmigración, antes o después, volverá a brotar con el vigor de los retoños primaverales.

Esos desplazamientos de población se van a convertir en algo completamente habitual en un mundo globalizado. La solución no está en cerrarles el paso con un control de fronteras más rí­gido que bordearía la violación del derecho de libre circulación como derecho fundamental. La globalización y sus consecuencias son un hecho irreversible que ni puede ser negado ni puede ser impedido, únicamente puede ser encauzado. En esa dirección irá nuestra propuesta a modo de mera sugerencia. Cada vez estaremos más cerca de la doble utopía de la ciudadanía universal y del código de ética universal. Es una exigencia inexorable del reconocimiento de los Derechos Humanos. La incógnita es cómo administrar y controlar el proceso que nos conduzca a ese ob­jetivo.