El Corazon de la Madera - Parte I: La Torca

La madera no tiene corazón, crece en capas concéntricas, pero no tiene corazón; esta frase -aparente contradicción-, del abuelo del protagonista, que ha quedado grabada en su memoria, y que recuerda al final de la novela, pretende ser el hilo conductor de la historia, al mostrar la evolución del personaje, desde la persona sin sentimientos que ha sido, hasta la persona enamorada que acabará siendo.

La acción se desarrolla en dos ambientes bien distintos. De un lado, el territorio de La Casona, que un lector avisado podrá situar en Cantabria, y del otro, en México DF.

Mario Abascal, el protagonista, es un hombre de treinta y tantos años, sin familia, gris, indolente, que lleva una vida solitaria y vacía, recluido en su casa y sin más compañía que la de Manuela, informal ama de llaves, y sin otro contacto exterior que con su administrador, hombre ya mayor.

Su vida empieza a cambiar cuando restablece la relación con un compañero de colegio, que vive en la ciudad y es una persona de mundo. Aparece Raquel Vega, hermana de ese compañero, quien será una pieza clave en la evolución psicológica de Mario.

La incipiente relación entre Mario y Raquel no es bien vista por Manuela, quien teme cambios en su estatus actual, y cuando Mario decide, por fin, llevar a cabo el viaje tanto tiempo soñado, suceden ciertos inesperados y dramáticos acontecimientos que le obligan a precipitar su regreso.

La razón y motivo de esos hechos van a permanecer ajenos a Mario, como si hubiera una fuerza ejecutora superior, a la que no es ajena la misma Casona. Él, como muchas veces ocurre en la vida en distintos órdenes, ve lo que ha sucedido, pero no conoce el por qué, limitándose a adecuar su comportamiento a la nueva realidad de los hechos.

Durante el viaje, Mario ha conocido  a otra mujer, Rebeca, que da pie a la tercera parte de la novela que se encamina a un final ciertamente inesperado pero conforme con la personalidad del protagonista, con su corazón de madera.

La novela se completa con referencias literarias y musicales, y hay señales, claves, dichos, que oportunamente van adquiriendo su sentido y significado.


Jose Mª Pozas - http://literharturas.blogspot.com