Esta web, cuyo responsable es Bubok Publishing, s.l., utiliza cookies (pequeños archivos de información que se guardan en su navegador), tanto propias como de terceros, para el funcionamiento de la web (necesarias), analíticas (análisis anónimo de su navegación en el sitio web) y de redes sociales (para que pueda interactuar con ellas). Puede consultar nuestra política de cookies. Puede aceptar las cookies, rechazarlas, configurarlas o ver más información pulsando en el botón correspondiente.
AceptarRechazarConfiguración y más información

Foro para escritores de Bubok

Para participar en los foros de Bubok es imprescindible aceptar y seguir unas normas de conducta básicas. Puedes consultar estas normas aquí
X
r2-d2
Mensajes: 3.171
Fecha de ingreso: 26 de Diciembre de 2008

Los héroes amorales

22 de Marzo de 2009 a las 13:27
Continuo una discusión que saltó en otro lado (PREVIO al IV Concurso de Relatos), y que allí no procedía continuar.

¿Por qué algunos heroes literarios nos sobrecogen de una forma completamente contradictoria con su categoría moral?

No me refiero al personaje amoral o inmoral que puede ser objeto de indagación a través de la novela. Tampoco a ese protagonista de relato infame de Borges, que te deja una sensación indefinible de asombro y perplejidad. Me refiero al héroe que despierta admiración saltando por encima o en contra de tus convicciones morales, ideológicas, éticas o como quieran llamárselas.

Por no hablar de la Iliada, que ya nos hemos vuelto pesaditos, quería poner dos ejemplos: Macbeth y Los Nibelungos. Para que miráramos dentro de nosotros mismos qué sentimiento es el que nos despiertan. Si es que nos lo despiertan (como es mi caso)

En Los Nibelungos, ¿por qué el personaje más miserable, el traidor Hagen, nos conmueve tanto en el momento de su final gallardo y desafiante?

Y Macbeth. ¿Hay personaje más criminal que el ambicioso Macbeth, asesino, traidor, perjuro? ¿Quién, viendo esta obra (la versión cinematográfica de Polanski, mi preferida) no desea que llegue el momento en que Macduff, cuya familia ha sido masacrada por Macbeth, dé muerte al tirano, traidor y criminal? Asistimos complacidos al cierre de la trampa del destino sobre Macbeth: el bosque de Birnam que avanza, Macduff que se descubre como el no-nacido de mujer

Y sin embargo, cuando Mabeth dice aquello de "No me rendiré para besar la tierra que ha de pisar el joven Malcolm, y para que las maldiciones de la chusma puedan humillarme. Aunque el bosque de Birnam haya venido a Dunsiname y estés tú frente a mi, tú, que no has nacido de mujer, lucharé hasta el final. Delante de mi arrojo mi escudo de guerrero. ¡Ponte en guardia, Macduff, y que la maldición caiga sobre el primero que diga basta!" (evidentemente, esto tiene que "verse", no leerse). Cuando Macbeth dice éso, ¿Por qué nos sobrecogemos? ¿Por su valor? ¿Por su entereza? ¿Por su orgullo? ¿Que hay en ese último momento de la vida de Macbeth que lo redime a nuestros ojos de todas sus iniquidades?

Hay muchos héroes que enfrentan el destino final, la muerte inevitable, con entereza de ánimo. ¿Por qué los de la Iliada, Los Nibelungos o Macbeth nos conmueven más que los otros, los héroes buenos, los caballeros andantes, las Teresa de Calcuta? Mi opinión, mi humilde opinión como un lector y espectador más, es porque en esos héroes, amorales o inmorales, el contraste entre su carácter detestable y su final orgulloso es el fogonazo que deslumbra.
gloriapaniagua
Mensajes: 879
Fecha de ingreso: 16 de Abril de 2008
  • CITAR
  • 22 de Marzo de 2009 a las 13:49

Siamés de espalda, yo odio a los héroes amorales y agresivos, no me interesan nada, ni en literatura ni en la vida real. Me impresionan y conmueven más  las Teresa-s de Calcuta y los Gandhi-s. Qué rara soy....

Gloria

danielhr
Mensajes: 1.359
Fecha de ingreso: 19 de Mayo de 2008
  • CITAR
  • 22 de Marzo de 2009 a las 15:28

Tal vez sea porque siempre abrigamos la esperanza de que cambien y reconduzcan su vida. Aunque no siempre lo consiguen. Pongo por caso al Capitán Nemo, que pese a liarse a hundir barcos a diestro y siniestro, al final de la novela, cuando el profesor pasa por la puerta de su camarote y le encuentra llorando ("¡Dios inmisericorde! Basta! ¡Basta!") no duda en compadecerse de él. Y esta indulgencia pasa también al lector. ¿Qué motivos le habrían llevado a cometer aquella actitud tan criminal? Verne cubrió esta parte de la historia con un halo de misterio, como diciendo "Ya cuando lean el libro, los lectores dirán si Nemo merece o no su perdón".

¿Quién sabe? A lo mejor los seres humanos no somos  "tan desalmados después de todo...

danielturambar
Mensajes: 5.089
Fecha de ingreso: 14 de Mayo de 2008
  • CITAR
  • 22 de Marzo de 2009 a las 15:57
Yo creo que es porque somos unos capullos venidos a menos y nos complace pensar que tal vez nosotros también tengamos un final digno, tan sencillo como eso. Además, ¿qué gracia tiene vestir la blanca armadura? Un poco de vidilla, por favor. Y si no que se lo digan a Lord Vader (por poner un ejemplo que la chavalería tenga a mano), que sí, que vale, que se carga a media guardería jedi pero al final salva la galaxia y con un asma atroz, una cosa por la otra, ¿no?
Además tanta virtud, tanta virtud, mira tú luego Saruman que en cuanto te descuidas te llena el parque de bicharracos encabronaos. O el propio Rey Arturo, que si mucha paz y mucha justicia, y luego le pueden los celos. ¿Y hay cosa más insulsa que Supermán?

Fíate de los buenecitos... (en ficción, claro, no me vengas con ejemplos reales que ahí ya es otro tema)
danielhr
Mensajes: 1.359
Fecha de ingreso: 19 de Mayo de 2008
  • CITAR
  • 22 de Marzo de 2009 a las 16:25

XD Es verdad, es verdad... Sobre todo lo de Darth Vader, que encima va y se carga un planeta. ¡Y mira que no le cogimos cariño ni ná! Y en cuanto a Superman... ¡Hombre! No sé si recordáis una de las entregas en la que se volvía malo (con manchas en el traje y todo) y le da por ponerse a filtrear con mujeres y chafar unos Juegos Olímpicos. Muy poco creíble, eso sí....

Si al final es lo que yo digo. Donde esté el Jocker (el de Jack Nicholson o el de Heath Ledger), que se quiten todos los demás... Si es que en el fondo siempre hemos querido ser "malos"...

tenientetulip
tenientetulip
Mensajes: 848
Fecha de ingreso: 26 de Septiembre de 2008
  • CITAR
  • 22 de Marzo de 2009 a las 16:33

Porque siempre tendemos a desear lo que no tenemos y lo que no somos. Y la maldad encierra un atractivo, un placer del que nos vemos excluidos porque, simplemente, no somos malos malísimos. Cargamos con una cosa llamada “moral” a la espalda que los demás, nosotros mismos o todos juntos en equipo, nos hemos creado. Y aunque nos sigamos quedando con nuestra (modesta) bondad, siempre queda la curiosidad de saber qué se siente siendo terriblemente malo o dejándose llevar por las más bajas pasiones hasta el mismísimo límite.

Teniente Ripley

P.S. ¿Más soso que Supermán? Sólo se me ocurre Chema, el panadero de Barrio Sésamo.

 

 

carlosmaza
Mensajes: 3.027
Fecha de ingreso: 16 de Noviembre de 2008
  • CITAR
  • 22 de Marzo de 2009 a las 17:13
La maldad existe y puede resultar fascinante del mismo modo que un ratoncillo se queda mirando pasmado a la serpiente que se lo va a tragar. En las novelas la maldad es hasta cierto punto simpática, incluso nos identificamos en parte (todos tenemos algo de esa maldad), es raro poner un protagonista literario que sea simplemente asqueroso y repugnante. La maldad real, la gratuita, el deseo de hacer daño por hacerlo, por ver sufrir a alguien de la manera más dolorosa posible, el deseo de engañar, mentir hasta la náusea, no suelen protagonizar los relatos en primera persona.
danielturambar
Mensajes: 5.089
Fecha de ingreso: 14 de Mayo de 2008
  • CITAR
  • 22 de Marzo de 2009 a las 17:57
cita de carlos_maza La maldad existe y puede resultar fascinante del mismo modo que un ratoncillo se queda mirando pasmado a la serpiente que se lo va a tragar. En las novelas la maldad es hasta cierto punto simpática, incluso nos identificamos en parte (todos tenemos algo de esa maldad), es raro poner un protagonista literario que sea simplemente asqueroso y repugnante. La maldad real, la gratuita, el deseo de hacer daño por hacerlo, por ver sufrir a alguien de la manera más dolorosa posible, el deseo de engañar, mentir hasta la náusea, no suelen protagonizar los relatos en primera persona.
Créeme Carlos, hay muchos relatos así. Otra cosa es que luego vean la luz.
r2-d2
Mensajes: 3.171
Fecha de ingreso: 26 de Diciembre de 2008
  • CITAR
  • 22 de Marzo de 2009 a las 21:19
cita de gloriapaniagua

Siamés de espalda, yo odio a los héroes amorales y agresivos, no me interesan nada, ni en literatura ni en la vida real. Me impresionan y conmueven más  las Teresa-s de Calcuta y los Gandhi-s. Qué rara soy....

Gloria

Como la noche y el dia, Gloria. Pero nos necesitamos. Como la noche y el día.

Mira, a mi me interesaría Teresa de Calcuta si alguien me contara que fue una joven depravada y egoista que llegó a la santidad, o viceversa. La única historia que no me interesa es la del protagonista que termina tal y como empieza. No es un juicio de valor. Es una constatación de interés narrativo: si no pasa nada, la historia no interesa. Puede interesarme conocer a una persona buena, y quisiera que el mundo estuviera lleno de ellas. Pero eso no es una historia. Ya sabeis, en los telediarios no salen más que truculencias, y los muertos en accidentes de tráfico. Nunca las buenas acciones del día.

Aquiles no es malo. Según el código de valores y las costumbres de la época, es una persona bastante cabal, honesta y cumplidora. Si quisiéramos poner al Aquiles de nuestros días, sería un hombre de éxito fulgurante en los negocios/arte/deporte/cultura/ciencia/política, entregado en cuerpo y alma a un proyecto que él sabe de corta duración, para lo que no ha dudado en prescindir y sacrificar su posible vida familiar, afectiva, etc... Un hombre que al llegar a la cumbre de su carrera, y cuando ya sabe que se le ha acabado prácticamente el plazo de su proyecto vital, se le desmoronan los valores y rompe a llorar por culpa de un viejo que viene a pedirle piedad para el cadáver de su hijo, y que le ha recordado a su padre. Y sigue adelante hasta el final porque está atrapado en su papel, en un sentido exagerado de su propia dignidad -orgullo-.

La maldad es otra cosa. La maldad interesa porque, como ha dicho alguno, está potencialmente en nosotros y envidiamos o empatizamos, aunque sea detestándolo, de alguna manera. El interés de un héroe amoral o malvado no reside en su puntuación moral de -10 a +10. Reside en que nos diga algo a nosotros. Macbeth no es malo. Empieza como un héroe bueno (ha luchado lealmente por su rey contra un traidor). Se vuelve malo, mediante un proceso que, aunque haya brujas por en medio, en modo alguno nos resulta sobrenatural, sino muy humano. Y cuando lo odiamos por sus maldades y vemos cumplido nuestro deseo de que sea castigado, destruido, nos deslumbra con su arranque de ¿dignidad?. En todo caso, orgullo.

La fascinación del héroe no reside en la bondad o maldad de sus acciones, sino en la demostración de orgullo. Cuando el héroe está identificado con una causa, que es como se ha acostumbrado a representar más habitualmente en los últimos siglos, a ese orgullo se le llama abnegación o sacrificio. Lo único que quiero constatar es que, frente al esquema "John Wayne se sacrifica por las barras y estrellas", tenemos el otro esquema narrativo, más interesante y más antiguo: este cabrón hijo de puta es más chulo que un ocho y morirá matando.

Hay más variantes, claro. Me acuerdo, por ejemplo, de El Husar, de Pérez Reverte. Pero bueno, esa es otra historia.
mortfan
mortfan
Mensajes: 672
Fecha de ingreso: 24 de Febrero de 2009
  • CITAR
  • 22 de Marzo de 2009 a las 22:20
Totalmente de acuerdo con R2-D2. Claro que Aquiles no es malo, de hecho, es de lo más normal en la época. A mí no me gusta el personaje igual que no me gustaría el alter-ego moderno, lo que no quiere decir que le tenga simpatía cuando por fin se ve rebajado su orgullo...
Ah, Bizarro, aún no había visto esto, pero que sepas que Boromir es uno de mis favoritos. Aunque el hermano tampoco es moco de pavo, Faramir es un buenazo, influído a ser así por su padre y también provoca simpatía, pero por razones diferentes. Pero Boromir es el hombre. El HOMBRE con mayúsculas, por naturaleza. Y lo cierto es que este tipo de personajes nos gustan porque, en el fondo, todos somos así en nuestro interior. Todos somos influenciables, volubles... somos humanos. Y la grandeza no está en simplemente ignorar el mal y ser buenísimos y ya está, pues casi nadie está al nivel de Teresa de Calcuta,  sino en ver el mal, sentirse tentados y, aún cayendo en la tentación(como es el caso de Boromir) darse cuenta de que has hecho mal e intentar redimirte. Eso nos hace sentirnos más cerca del personaje. Podría ser cualquiera de nosotros. Y el que diga que no, miente. O es Teresa de Calcuta...
Faramir representa el otro extremo. El hombre que intenta ser perfecto, llegar a un nivel que "no está a su alcance" para complacer a alguien. Es muy fácil sentirse identificado con alguien así porque ¿quién no tiene alguna persona que lo presiona para ser distinto, "mejor"?

Y Superman es un notas. Tanta perfección y tanta historia... Bah, da hasta grima...
vixa
Mensajes: 1.348
Fecha de ingreso: 12 de Mayo de 2008
  • CITAR
  • 22 de Marzo de 2009 a las 22:27
Los protagonistas amorales, o de moralidad difusa o peculiar, son más interesantes porque son más humanos, más cercanos. Siempre es maś fácil comprender y sentir empatía por alguien cuya moralidad fluctua, que con alguien de convicciones firmes y rígidas. En cierto modo, cuando más rígida sea la moral de un personaje, más plano es este y más difícil es encontrarle matices que lo hagan interesante.
danielturambar
Mensajes: 5.089
Fecha de ingreso: 14 de Mayo de 2008
  • CITAR
  • 22 de Marzo de 2009 a las 22:59
¿Me lo parece a mí o el cómic ha sabido explotar más este aspecto que cualquier otro género (al menos en los últimos tiempos)?