Ulula el viento entre los árboles de la avenida. Pasa un motero sevillano dando gas. El mesero de la cafetería le dice a un cliente: ¡Niño de los cojones! La señora de enfrente sale a la puerta de su casa y mira a un lado a otro: ¡Niñaaaaaaa! -grita- ¡Vente p'acaaaaá!". La niña en su triciclo se pone chula: "¡No quierooooooo!". La madre replica: "¡Vente p'acaaaá o t'enteraaaa!". Ah, grato mundo -me digo- ¡qué buena tarde para leer! (alguno de mis libros se entiende). |
Tras mi ventana veo las inmensas acacias del cañaveral siendo azotadas violentamente por el viento, bajo un cielo de tonos acerados. Es otoño, pero parece haber llegado con antelación el general invierno dirigiendo a sus tropas de frío, de lluvia, de nieve, de vientos huracanados. La vida del ecosistema toca retirada. Esos altísimos árboles se desvisten de sus follajes desolando el paisaje. Diría que el azote les proporciona vida; parecen bostezar preparándose para dormir largos meses. Se ha detenido el viento, ya todo está arrasado; la desolación me estremece. Esos troncos ya desnudos ahora parecen gigantes dormidos.
(De: ---INFLUENCIAS DE MI PADRE--- OTOÑO 2005. De mi cosecha) Buenas vísperas para la lectura, que ya es de noche. A disfrutar. Saludos |
cita de carlos_maza
Ulula el viento entre los árboles de la avenida. Pasa un motero sevillano dando gas. El mesero de la cafetería le dice a un cliente: ¡Niño de los cojones! La señora de enfrente sale a la puerta de su casa y mira a un lado a otro: ¡Niñaaaaaaa! -grita- ¡Vente p'acaaaaá!". La niña en su triciclo se pone chula: "¡No quierooooooo!". La madre replica: "¡Vente p'acaaaá o t'enteraaaa!". Ah, grato mundo -me digo- ¡qué buena tarde para leer! (alguno de mis libros se entiende).
ole
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Tras mi ventana veo las inmensas acacias del cañaveral siendo azotadas violentamente por el viento, bajo un cielo de tonos acerados. Es otoño, pero parece haber llegado con antelación el general invierno dirigiendo a sus tropas de frío, de lluvia, de nieve, de vientos huracanados. La vida del ecosistema toca retirada. Esos altísimos árboles se desvisten de sus follajes desolando el paisaje. Diría que el azote les proporciona vida; parecen bostezar preparándose para dormir largos meses.
Se ha detenido el viento, ya todo está arrasado; la desolación me estremece. Esos troncos ya desnudos ahora parecen gigantes dormidos.
(De: ---INFLUENCIAS DE MI PADRE--- OTOÑO 2005. De mi cosecha)
Buenas vísperas para la lectura, que ya es de noche. A disfrutar.
Saludos