ECUADOR / Soberanía y Democracia (siembra fecunda)

Este libro tiene la saludable intención de combatir la desmemoria. La patria no puede

olvidar lo que pasó durante los últimos años. La región, América Latina, debe guardarlo

en su memoria, porque nuestros pueblos y naciones comparten el mismo destino

y enfrentan los mismos peligros. El arma letal más eficiente de esos peligros es la

amnesia general que deliberadamente provocan.

El 20 de abril del año 2005 se sublevó una vez más el pueblo del Ecuador.

Encendió antorchas porque la oscuridad había vuelto a descender sobre la claridad

de esos días.

Se había cumplido minuciosamente un siniestro plan de demolición de las instituciones

fundamentales de nuestra democracia. El objetivo del plan fue ridículamente

obvio: concentrar todos los poderes del Estado en manos de aquellos que siempre

están dispuestos a proteger la supervivencia de un Estado caduco y servil. El experimento

no funcionó porque el fracaso social, económico y político fue evidente.

El plebiscito espontáneo de las calles cambió al gobierno, dio paso a la sucesión constitucional

y demandó la tarea inmensa de comenzar el proceso de fundar un nuevo

Estado, una nueva y más moderna democracia.

En medio de escombros y cenizas, convoqué a todos los ecuatorianos a iniciar el proceso

de refundación de la República.

La decisión fue irrevocable: refundar, volver a erigir, reconstruir las instituciones

derrumbadas y crear nuevas, darles los estatutos, las rentas y la soberanía para que

subsistan y se conserven.

Este libro contiene la recolección de algunos documentos, de las cláusulas de origen

de la nueva institución democrática, de la persona jurídica que debe ser el nuevo

Estado de Derecho, el resumen de la acción política de un corto gobierno constitucional

de veinte meses. Sobre ese Estado, el Ecuador se reconstituye lentamente.

Persiste una cansina repetición: Que el 20 de abril prometí una refundación que no

cumplí. El comentario sin embargo, encierra una intención y un sesgo llenos de intereses.

Fundar o refundar un Estado no es la inauguración de un coliseo. Es luchar

contra viento y marea para iniciar procesos permanentes e implementar instrumentos

dinámicos que generen cambios y transformen incesantemente la sociedad. Lo relevante

radica en la discusión de haber hecho o no lo suficiente para iniciar ese proceso.

Este libro contiene las actas de nacimiento, la ideología, los estatutos, las propuestas

y las rentas esforzadamente conseguidas para constituir el origen de un nuevo

Estado democrático. Ese es el debate público que este libro convoca.

Alfredo Palacio