Las letras sin tierra

10 de Junio de 1215.

Runnymede

 

Londres llevaba sitiado dos lunas. La rebelión de las masas se había echado a las calles y la situación política era insostenible. En algún lugar del prado cerca de Stainnes, los jinetes se emplazaron para negociar. La sangre había corrido por el cauce del gran río en ambos bandos a la espera de un acuerdo, hasta que aquella noche lo alcanzaron.

El rey Juan sin tierra claudicó frente a los artículos de los barones. El documento declaraba que ningún hombre libre sería detenido, dado muerte o privado de sus bienes sin virtud de una sentencia judicial, y que cualquier persona que quisiera guardar y hacer cumplir la justicia, la libertad y la defensa de los oprimidos, sería respaldada por el juramento en cualesquiera asuntos y lugares y para siempre.

…De nuestro puño y letra, y con la gracia de Dios, hasta el fin de los tiempos.

 

en la actualidad,

Londres.

 

La crisis económica y el descontento social barruntan una situación política complicada. Se acercan las elecciones a la alcaldía de una de las ciudades más importantes del mundo, las dos primeras fuerzas políticas declaran una lucha encarnizada por la capital del comercio europeo y todos los ojos del mundo están puestos en sus dos candidatos con permiso de la discreta tercera fuerza, el partido de las libertades. Sin embargo, uno de ellos recibirá en su casa un invitado que ha venido a cambiar el rumbo de la campaña electoral y el curso de toda la Historia.

Las letras pérdidas de un documento magno despiertan ochocientos años después.