La cruz, el cubo y la pirámide: La jerarquización del cristianismo primitivo entre los siglos II y IV D.C

La cristiandad de occidente no siempre fue la institución jerárquica y homogénea que conocemos hoy en día, esta situación comenzó con un lento proceso de expansión y organización, que circunscrito al mundo del Imperio Romano, se fue configurando en el formato denominado Iglesia. El presente trabajo, exhibe un panorama de la génesis de dicha institución, en la forma de su arista más visible: la jerarquía, y su desarrollo en los tres primeros siglos de la era cristiana. Fue la jerarquía cristiana y su administración, la que atrajo los ojos del Imperio Romano, quien vio un aliado en aquella naciente organización, para salvaguardar su propia institucionalidad.

Comenzando por una descripción del contexto histórico en la primera parte, donde se analizan los principales acontecimientos que infirieron en la jerarquización del cristianismo, tanto interna como externamente; pasamos a analizar el concepto de Iglesia y su desarrollo en los primeros siglos, además de los términos que acabaron configurándose como los cargos de la naciente jerarquía eclesiástica; en la tercera parte se hace énfasis en la práctica de los ritos cristianos (Bautismo y eucaristía) en cuatro comunidades: Siria, Alejandría, Cartago y Roma;  a través de las cuales vemos la diversidad del cristianismo primitivo, previo a su unificación. En el capítulo final se da una mirada a la labor de Constantino y el Concilio de Nicea y sus consecuencias para la organización y homogenización de la cristiandad de Occidente.