Cantos y desencantos y apuntes descarriados

El presente libro de poemas se estructura en una dedicatoria, un delantal, un cardinal, un dorsal, veinte capítulos y un remate denominado tres posibles finales y un principio En total lo integran 331 poemas a través de 148 páginas.

Se trata de una especie de amasijo de poemas que intentan permanecer anclados en este presente en que nos ha tocado vivir y, particularmente, en el mío más inmediato. Todo, más o menos ordenado pero flotando por encima –o por debajo– de ese pretendido orden. Buena parte de estos poemas podrían encuadrarse como poesía de trincheras. Es poco discutible esta sensación de estar contra las cuerdas ante una economía financiera obsesionada en despojarnos y arrasar con todo. La dedicatoria empieza con un recuerdo a Pérez Estrada y el libro acaba con un recuerdo de Antonin Artaud. Dos formas muy distintas de acercarse a los fundamentos del subrealismo, tan auténtica una como otra. Y lo mantengo a pesar del escándalo que pueda producir en uno u otro extremo.  

Me resulta imposible escribir algo, hoy en día, soslayando esta sensación de opresión, preconflictiva, o ya definitivamente conflictiva, entre el individuo y esos anónimos devoradores de cualquier tipo de futuro que intentan machacar hasta el lenguaje para poder salirse con la suya.