Mar a la vista

Os voy a contar la historia del verano pasado.

¡Ay, va!, me acabo de dar cuenta de que no os lo puedo contar sin haberme presentado antes. Mi nombre es Helena, pero todos me llaman Hele. Bueno, bueno, no os impacientéis, ya empiezo a contároslo.

Estábamos en el último día de clase, mi clase es 6º A, y de pronto vi que había una silla vacía, miré a mi alrededor y observé que el resto estaban ocupadas. Me puse a pensar de quién sería, o quién era la persona que  había faltado al cole.

Nos encontrábamos en clase de Música, para mi gusto una de las más fáciles junto a Educación Física y Arte, aunque he de confesaros una cosa: yo pienso que son fáciles, pero Educación Física no es precisamente la asignatura que mejor se me da; en cambio la pintura se me da fenomenal.

Cuando sonó el timbre para irnos a casa todos se levantaron rápidamente de sus sillas haciendo un ruido ensordecedor, cogieron sus mochilas y corriendo se fueron a sus casas sin terminar de recoger los libros ni ordenar la mesa, y por supuesto tampoco se despidieron del profesor.

De camino a casa fui pensando en por qué no habría venido mi amiga, qué le habría pasado, ¿se encontraría mal? No podía dejar de pensar… Lo primero que hice nada más llegar a casa fue hacer las maletas, porque nos íbamos a la playa; pero había algo que no me encajaba y tenía que descubrir qué estaba pasando...