TESTIGO PROTEGIDO -por EL TINTA-

TESTIGO PROTEGIDO
Guillermo Arenas o El Tinta para sus amigos de La Calzada, aquel pueblo que conoció poco más de un año atrás cuando investigaba el destino de una herencia extraviada, que derivaría en lo que a su entender sería “el vuelto de la mentira”, se encuentra en una situación económica más aliviada, merced a esos fondos que recuperó para su cliente Gabriel, que salvo que éste regrese del inframundo, ya los considera como suyos.
Pareciera estar transitando ese ciclo de calma que a veces nos depara el destino, cuando se entera por su amigo La Garza, conocido así por su oficio de “buchón” que la campaña política para la elección de autoridades provinciales y municipales ha destapado los hechos de corrupción de la empresa agropecuaria “Los Silos”, por lo que es aconsejable que El Tinta no aparezca por el pueblo, ya que a raíz de su investigación su nombre aparece ligado en los expedientes judiciales. Además le informan del asesinato de un personaje clave de esa trama, aunque debería pensarse al mismo como un hecho más de la inseguridad actual.
Guillermo está dispuesto a pesar de su interés a visitar a sus amigos y tomar este consejo, pero aparecen otros conocidos de antaño que creen que sólo un periodista independiente, como había simulado ser en sus viajes anteriores, es la única salvación para evitar que se condene por un crimen a un joven inocente.
El Tinta luchará con su conciencia, se refugiará en sus lecturas de la mitología griega, buscará respuestas de su mujer y otros conocidos para determinar el camino a seguir.
En tanto el Ingeniero Soria, uno de los mayores implicados en los sucios negocios que escondían Los Silos se adhirió al programa de “testigo protegido” y está brindando dudosa información a la causa judicial.
El suspenso y el humor irónico llegarán hasta el final mismo de la novela, donde una frase de un filósofo griego sentenciará el cierre.