RELACIÓN ENTRE ALTERACIONES DEL SUEÑO, SISTEMA GLINFÁTICO Y FISIOPATOLOGÍA DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER

Desde la descripción del sistema glinfático cerebral y su relación con el aclaramiento de los metabolitos tóxicos producidos durante el funcionamiento normal cerebral, se ha puesto gran atención en investigar cuáles son los elementos que intervienen en dicho funcionamiento. Para el desarrollo de la limpieza del parénquima cerebral que este sistema lleva a cabo, son necesarias tanto la integridad anatómica de sus componentes estructurales, como la Aquaporina-4, presente en los astrocitos del parénquima cerebral y los espacios paravasculares cerebrales, como una correcta integridad de los procesos fisiológicos que regulan su actividad, como los ritmos circadianos, destacando el ciclo sueño/vigilia. Las alteraciones de alguno de estos elementos han puesto de manifiesto que la disfunción glinfática puede dar lugar a la acumulación de metabolitos tóxicos cerebrales, como el péptido beta-amiloide, responsable junto a otros factores de la Enfermedad de Alzheimer. Por ello cómo se regula este sistema y qué elementos intervienen en mantener el equilibrio del mismo han cobrado especial interés de cara a conocer mejor la fisiopatología de esta enfermedad. El sueño se ha situado como el principal regulador de la actividad del sistema glinfático, pues durante el estado de vigilia disminuye el aclaramiento de metabolitos en el parénquima cerebral, mientras que durante el sueño aumenta su eficacia, haciendo del sueño un mecanismo necesario para el mantenimiento de la homeostasis cerebral y el correcto envejecimiento de nuestro cerebro, siendo el aclaramiento glinfático sensible a sus alteraciones y por tanto posible causante de neurodegeneración.