Manuales para manos sencillas

Los Manuales para manos sencillas no son pautas para la supervivencia. Son el testimonio de la supervivencia misma. Con sus alas de hombre pájaro extendidas en cruz entre el pasado y el futuro, en «el aire que respiran los recuerdos», Javier Suero dibuja unas muescas que pueden dar testimonio de muchas vidas. El secuestro del niño que fuimos y aún aguarda su rescate mientras juega con aquello mismo que le daña. El precio de la palabra bienestar. Las palabras que regalamos cuando nos llenamos de creación ”y esto es poesía”. Las palabras que regalamos cuando nos llenamos de amor y de desamor. Las que escatimamos cuando nos llenamos de odio. La necesidad, siempre viajera, de vaciarnos de nosotros para llenarnos de no-nosotros. Los profesores tartamudos que queremos oír. Y el silencio que nunca oímos. La única delgadez y la única levedad que se exigen sus líneas son las del verso sencillo y conciso que requiere ser traspasado, pues ellas se nutren constantemente de dos compromisos: uno es la superación de lo que quedó detrás, algo ya sólo aceptado ”y aceptado como poesía, aunque ahí revivan las marcas”. El otro es avanzar y es seguir, firme y transigente, al paso de la poesía y el amor. Aquí la poesía es un alma cargada, pero de futuro.