Hoy en día hay un enorme conjunto de personas con fibromialgia que hacen una vida habitual. No obstante, si la patología tarda en diagnosticarse o no se ejecuta la participación correcta, la calidad de vida del tolerante va disminuyendo poco a poco. La consideración de esta enfermedad radica en que perjudica a todos los espacios de la vida del tolerante y éste puede llegar a desarrollar una discapacidad que inclusive intervenga en su tema laboral. Según numerosos estudios, entre el 15 y el 20 y hasta el 50 por ciento de los pacientes tienen que dejar su trabajo.
Además de contribuir a sus familiares a vigilar los indicios de la fibromialgia, también importa proporcionarle el acompañamiento emocional que requiere. El hecho de comentar abiertamente sobre su dolencia y el de desarrollar en conjunto tácticas de afrontamiento tienen la posibilidad de asistirle bastante. Varios jovenes y adolecentes además constatan que tener comunidades de acompañamiento, de esta forma como con el consejos de un psicólogo experimentado, les contribuye a vigilar mejor sus indicios, a sentirse mejor y a conocer la vida con más optimismo.