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Eriika Aguilar

Escribo porque un día me dijeron que era el mejor remedio para la tristeza y desde entonces le estoy echando un pulso, de ahí que esto se haya convertido en una válvula de escape (aunque lo apodéis de libro). Aunque el corazón lo lleve a la izquierda, estoy medio muerta, por eso rehúyo el punto de la i latina: para que ella también se acostumbre al abandono. Soy un desastre para recordar nombres, por eso me conformo con la inicial y voy dando pistas a mi receptor: hay que mantener despierto al recuerdo. 
Un día comprendí que la sinceridad era la bola negra del billar, y desde entonces es la primera que meto: por eso siempre pierdo.