Existe en el terreno de lo habitual una tendencia cotidiana al perfeccionamiento; a lo cual no escapa ningún ser humano.
Todo aquel que teniendo uso de razón y conciencia y habiendo experimentado algo; en base a esa experiencia cree saber que es lo mejor, lo bueno o lo correcto.
La mente del hombre es un libro de leyes que va adquiriendo día tras día, esto se transforma en un código de justicia que sólo él conoce. Luego actuará, juzgará y condenará, desde sus leyes absolutamente personales.
El hombre grosero aplaudirá la grosería y enseñara a su hijo a ser grosero, el hombre sabio aplaudirá la sabiduría y enseñará a su hijo a ser sabio.
Existe un mundo que es aparente y otro mundo sumergido en la apariencia que es invisible. Lo que vemos sólo es la parte superficial de lo que esa imagen contiene, el contenido (que es fundamento razón y sentido de la cosa) no la vemos.
El misterio del ser humano es lo infinitamente inaccesible e inescrutable de su esencia interna; lo que compone su SER total.
La magia está en su ser invisible.
Cuando concebí "VER ", me estaba refiriendo a la percepción de aquel universo invisible que está más allá de las apariencias; aquello que no puede ser captado por ninguno de los sentidos ni siquiera el esotérico tercer ojo.
“VER” es ser uno mismo aquello que se VE; es trascender absolutamente todo limite, absolutamente TODO.
Hoy puedo decir, muy orgulloso de haberlo descubierto, que duermo profundamente.
Sin embargo he podido “VER”, esto me da la pauta, que de tanto en tanto abro un ojo entre sueños.
“VER” no es un libro, sólo es una pequeña y sencilla clave para despertar, aunque mas no sea, de un solo ojo y de tanto en tanto.