Siempre he dicho que nosotros ¡somos una gran especie!
Sin embargo, aquellos que, cruzándose en mi vida consiguieron no estar, lograron que olvidará su cara, su nombre y su existencia; ellos me hicieron fuerte, los que me dolieron me hicieron valiente, los que me juzgaron me hicieron libre, los que me condenaron quedaron dentro de la jaula.
Por ello, especialmente a ellos les debo lo mejor de lo que soy.
Yo misma, libre de sus cadenas.
Gracias por ello, les deseo tanto como me desearon a mi, los hados son recíprocos y justos.
No seáis seguidores, sed ejemplo a seguir, equivocaros, pero no os remolquéis en el error, marcad el lodazal al que desee evitarlo, entregad una mano al caído, no busquéis millones de voltios subiendo dedos o aplaudiendo por llevar un paraguas rosa, o poneros una etiqueta, esto es demasiado fácil, lo hace cualquiera.
Buscad conexiones neuronales, reales.
Sed realmente únicos, sed el meme que compartimos, salid a la calle, dad de comer al hambriento, reíd con él su subida de oxitocina. ¡devorarla!
Conocer de cerca, tocad las flores, respirar el aire puro o ponzoñoso de un suburbio, visitad hospitales, haced de vuestro ocio un tiempo a sentir, algo que supera todos los ombligos. La vida