Desde mi balcón mediterráneo

Paco Victoria, para muchos de sus amigos, nace en Cartagena, allá por un día de Santo Tomás de Aquino de mil novecientos cuarenta y tantos, hecho que le marcará para toda su vida.
Nace en la cartagenerísima calle de la Macarena, y vive como culo de mal asiento, en la calle de Canales, en la Morería, en las Cuatrocientas y por fin en las casas de Corea, de donde se va empapado de cartagenerismo, veintitantos años de su vida son de empape
Cartagenero en el exilio, a decir de su buen amigo Isidoro Valverde Álvarez, necesitado de venir muchas veces por Cartagena, para respirar sus aires y así poder seguir viviendo que siguen siendo palabras de su amigo Isidoro, escritas un día en el Puerto Rico dedicándole unos libros, junto a su cortado, mirando al Lago y a su Palmerica
Hace su carrera muy al norte de su tierra, cerca de Francia a un tiro de piedra de su querida Cartagena Trabaja como profesor de las enseñanzas secundarias y pretende enseñar matemáticas y otras lindezas de ciencias desde un alma poeta
Trabaja en la enseñanza durante muchos años, casi todos, hasta que su corazón maltrecho se lo permite; que cansado de tanto amar a su tierra o de los berrinches que le provocan los adolescentes -nunca sabremos por qué- tiene que abandonar su labor docente
Pero le queda la experiencia vivida, que quiere entregar a otros, dando conferencias y actuando como moderador en sesiones de orientación familiar por muchas ciudades de España, que entre su antiguo trabajo y la educación de sus seis hijos, tiene mucho que decir, por tantas experiencias vividas
Y ahora le toca el descanso, que para él sólo es un cambio de actividad, pues entre las sesiones catequéticas para adultos y las tremendas sesiones de labores del hogar -como trabajan las mujeres en sus casas- brotan por todos sus poros, los amores contenidos durante tanto tiempo
¡Y hala! a escribir, a escribir y a escribir a todas horas, ya que es mucho lo vivido
Y es su pasión dominante, durar lo suficiente para dar, todo lo que lleva dentro, a propios y extraños y junto a las remembranzas de tiempos pasados, como también diría ISIDORO, aparecerá en breve otro libro dedicado sólo a la CARTAGENA de sus tiempos, a la Cartagena de su vida
Su mejor amigo