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David Cilia Olmos Editorial Huasipungo Tierra Roja

Editorial Huasipungo Tierra Roja



Uno de los derechos humanos que en México se viola sistemáticamente y hasta la fecha se sigue violando, es el derecho colectivo, como pueblo, como nación, a conocer nuestra propia historia. Desde la guerra de los cristeros, hasta las matanzas de Acteal, El Charco y Aguas Blancas, pasando por la represión al movimiento campesino de Rubén Jaramillo, los movimientos ferrocarrilero, magisterial, médico, estudiantil y obrero; el Estado mexicano, ha impuesto una pesada lápida de silencio.

La historia oficial ha omitido tocar estos temas, y para aquellos que saltaron el valladar de la autocensura y el embute, que caracterizó durante décadas la relación del Estado con los intelectuales y comunicadores, el gobierno en turno siempre tuvo una respuesta contundente que iniciaba con el boicot a la difusión, y continuaba con el decomiso de las ediciones, la persecución fiscal, la clausura de las instituciones, hasta llegar a la colocación de bombas en los talleres en los que se imprimían versiones no autorizadas de la realidad o de la historia y al encarcelamiento, secuestro, asesinato o desaparición de los autores.

Particularmente la historia de la etapa de la guerrilla en México, se ha mantenido en el más absoluto de los silencios. En efecto, el movimiento armado surgido en la década de los 60s, que cundió por todo el país, involucró a miles de personas e impactó profundamente en la realidad nacional logrando imponer un viraje en el derrotero de la historia, aun es un hecho casi desconocido por el grueso de la población. A diferencia de otras etapas, esta parte de la historia no solo ha sido alterada, o mutilada en algunas de sus partes, sino que simplemente se ha suprimido.

Esta política de mantener la historia en la oscuridad, pese al apoyo brindado por los medios de comunicación y por más de un intelectual de ¿izquierda, ha fracasado. El olvido ha sido un fracaso rotundo. Desde los lugares y corazones en los que estas batallas se dieron, atravesando la negritud de la noche represiva, han llegado a nosotros y circulado -muchas veces en la clandestinidad- los testimonios y documentos de lo que en nuestro país ha pasado.

Conocer su propia historia, estar informado de la realidad del propio país, saber el por qué de las cosas, es un derecho humano fundamental. Este es el motivo por el cual un grupo de ciudadanos, que de por sí veníamos trabajando en el rescate de la memoria histórica de nuestro pueblo, hemos decidido formar la Editorial Huasipungo Tierra Roja.

No se trata solamente de una preocupación académica por la historia. México ha pasado en las últimas décadas por una guerra sucia tan violenta y cruel como silenciosa, un puñado de delincuentes se hicieron del poder y ordenaron las matanzas colectivas, la desaparición de personas, la ejecución extrajudicial, el tormento y el secuestro de familias enteras. Estos crímenes ordenados desde la presidencia de la república siguen en la impunidad. Es nuestra intención publicar los materiales que documentan estas aberraciones, ya que, pese a lo doloroso del caso, esta verdad hay que conocerla si no queremos que se siga cometiendo en nuestro país.



Editorial Huasipungo-Tierra Roja

México, 9 de abril del 2009