En mayo de 1.962, mi madre y una servidora llegamos al tácito acuerdo de que yo naciera. Así, me presenté con ánimo troglodita en una casa-cueva de un pretérito lugar de la provincia de Granada. Mi afición por la lectura se remonta a la época en que fingía saber leer. La envidia que me producía contemplar las veladas en que mi padre y mi hermana pegaban sus narices a sendos libros, y se aislaban en aquel misterioso mundo del que yo nada sabía, me motivaron a querer ser como ellos. Cuando, al fin, conseguí entrar en su club, lectura y escritura han estado muy presentes en mi vida. Soy psicóloga, y mi trabajo se desarrolla en el ámbito de la salud y, por ende, de la enfermedad, especialmente la oncológica. El privilegio de poder conocer a las personas cuando no tienen interés o tiempo para ser otra cosa que auténticas, me ha hecho entender que ha llegado el momento de compartir aquello que escribo.