Atención enfermera en la consulta de atención [...]

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva crónica es una enfermedad compleja, multicomponente, crónica y progresiva. Se caracteriza esencialmente por una limitación crónica al flujo aéreo, poco reversible y asociada al humo del tabaco principalmente. Hay que analizar también otros factores de riesgo como es la combustión por biomasa y leña pero el factor de riesgo principal para el desarrollo de ésta enfermedad sigue siendo el humo del tabaco. Los síntomas principales son la disnea, tos y expectoración. La disnea es el síntoma principal de la enfermedad y el que mayor pérdida de calidad de vida produce en los pacientes.
La Organización Mundial de la Salud estima que hay aproximadamente 210 millones de personas en todo el mundo que presentan ésta enfermedad.
La prevalencia de la EPOC en adultos de 40-80 años en España se estima del 10,2 %, variando según las áreas geográficas.
El consumo de tabaco está muy extendido tanto en los países industrializados como en los países en vías de desarrollo.
El médico sospechará la presencia de EPOC en un paciente con factor de riesgo, el hábito tabáquico y disnea de varios meses de evolución. El diagnóstico vendrá dado por el resultado de la espirometría forzada con prueba broncodilatadora, realizándose en una fase estable de la enfermedad. Ésta prueba es imprescindible para el diagnóstico de la enfermedad. Ésta indica la limitación que tiene el paciente al flujo aéreo.
El tratamiento debe ser integral. Anteriormente sólo se trataba al paciente con EPOC con tratamiento farmacológico. Ahora se le añadirán unas medidas generales y de soporte que ayudarán al paciente a prevenir exacerbaciones. Como medida inicial, la deshabituación tabáquica en éstos pacientes resulta ser de vital importancia para que el tratamiento farmacológico sea más efectivo. Se han añadido terapias como la rehabilitación respiratoria y oxigenoterapia domiciliaria con el fin de ayudar en gran medida a su calidad de vida. Existe tratamiento quirúrgico pero no se contempla en pacientes mayores de 65 años. El tratamiento quirúrgico sólo se contempla cuando el farmacológico no es efectivo y el paciente está en fase muy avanzada y su deterioro implica tener en cuenta dicha opción.
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Al ser una enfermedad de curso crónico, con tendencia a la discapacidad de los pacientes que la padecen, la labor de enfermería en la consulta de atención primaria resulta ser de gran importancia. Es el lugar idóneo para promover la educación sanitaria en dichos pacientes y su familia. Sobre todo en la deshabituación tabáquica, en los cuidados propios de la enfermedad y en la correcta adhesión al tratamiento farmacológico que ha indicado su médico.
Con ello conseguiremos que el paciente posea un mejor conocimiento y concienciación de la enfermedad, así como una clara mejoría en su calidad de vida.