Según la hipótesis de la biofilia, los seres humanos tenemos una afinidad innata hacia todo lo viviente, una vinculación emocional con los seres vivos y el entorno en el que se desarrollan, de modo que nuestra realización personal y desarrollo psicológico pleno están íntimamente ligados a esa relación con la naturaleza. Los valores que derivan de la biofilia son relevantes para explicar nuestros sentimientos hacia la naturaleza, las relaciones con los animales y las plantas, la ética ambiental, un desarrollo urbano más acogedor y las modernas terapias basadas en el contacto con animales. Sin embargo, en la sociedad moderna cada vez más niños y niñas crecen en un ambiente urbano, alejado de la naturaleza, lo que puede originar el llamado "Síndrome de Déficit de Naturaleza".