¿Qué conduciría a un noble caballero a caer en las garras del libertinaje y la mezquindad. Quizás una pretenciosa vida o, tal vez, un alma entrenada a conciencia, hacen de Lord Button una persona tan oscura para muchos como transparente para otros, inteligente y coherente a la vez que loco y despiadado, tan anacoreta como sociable, ese era Lord Button, alguien al que jamás se podía conocer del todo, más bien, alguien que tan sólo te mostraba lo que creía conveniente, sin más razones que las que su subconsciente le dictaba.
Todos los actos viles y mezquinos se grababan en su conciencia, la que lo flagelaba por las noches hasta conseguir hacer del caballero una sombra que deambulaba por los callejones más hostiles de los pueblos costeros, famosos por sus libertinajes en aquellos fumaderos en los que ofrecían olvido y diversión a todo aquel que decidía adentrarse en busca de su particular percepción. Lord Button, en un momento de decadencia, decide explorar dicho olvido quedando sumido en una historia de la que jamás despertaría, una trágica historia que le llevaría a su muerte sin antes caminar por la demencia . Su conciencia fue su verdugo.
Tan sólo el naufragio consiguió silenciar la impertinente conciencia de Lord Button.