Nací en una gran familia en Castilléjar de los Ríos, un pueblo de la provincia de Granada; pero las condiciones de vida y la necesidad de sobrevivir, nos hizo emigrar a otro lugar; otro sitio que nos acogió y nos ofreció todo lo necesario para seguir adelante, para caminar por el sendero de la vida; una vida llena de alegrías y de tristezas, de momentos y experiencias, de tropezones y aprendizajes, de pasos hacia delante y de pasos hacia atrás, de salud y de enfermedad. Y en este punto, cuando mi salud empezó a flaquear, y con el eterno recuerdo del lugar donde nací, tomé la decisión de repartir mi vida entre dos lugares: el pequeño pueblo que me vio nacer y la ciudad donde he vivido la mayor parte de mi vida. Durante una de mis estancias en Castilléjar, delante de un paisaje enmarcado en un maravilloso atardecer, empecé a darle forma a la idea de plasmar por escrio todo aquellos recuerdos y visiones que ante mi se exponían. Me he convertido en una espectadora del proceso de la vida observando los ciclos de los árboles frutales; cuando después de caer la flor tienen un fruto pequeño, amargo y áspero y al cabo de unas semanas se hacen más grandes y van cogiendo sabor; un sabor que caracteriza a cada uno de ellos y que para muchas personas es lo único que existe de cualquier fruto, sin apreciar su proceso de evolución, su proceso de vida, que aunque más corta, pasa en paralelo a las nuestras.
El balcón de los poemas es mi primer libro; con él he intentado relatar mi vida en forma de poemas, como persona implicada y como espectadora, viviendo en paralelo a otras personas y a todo aquello que me rodea, compartiendo el paso del tiempo con vivencias propias y ajenas. Y con este libro, sólo tengo un deseo compartir con los demás algo que es tan mío.