El derecho radical a ser persona que debe ejercer la familia -nacer, crecer y morir como tal- se ve disminuido, falto de atención. Y aunque parezca una perogrullada, la dignidad de la persona se expresa educándola según lo que es, es decir, como persona. Y como ser persona implica ser libre, debemos educar la libertad. De la educación de la libertad trata este breve libro, en seis capítulos o lecciones.
La vida, la persona, el ser, la libertad, etc., son cuestiones esencialmente inmutables, que no se ubican en la cresta de la ola del progreso. Hay conceptos que el tiempo, la moda, las opiniones, el progreso en general, etc., nunca podrán modificar. El contenido de este pequeño tratado apunta a estas cuestiones vitales que deben estar en la raíz de todos los brotes que la modernidad considera como avance.