No, no es para comentar los relatos, hasta que nos se voten no se pueden comentar. Es para posibles aclaraciones dudas etc etc. El plazo para presentar relatos termina el jueves 29 a las 22:00 y se publican con el usuario común aquí: >http://www.bubok.es/foros/tema/7322/LXVI-Concurso-CELOS-relatos-namas/#ultimo_mensaje
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cita de DanielTurambar
No, no es para comentar los relatos, hasta que nos se voten no se pueden comentar. Es para posibles aclaraciones dudas etc etc.
De acuerdo, lo entiendo. ¿El usuario es el mismo que en la edición anterior, o cambia cada vez? Tengo unas claves que me dio Bizarro, pero no sé si son las mismas. No quisiera longuearme con ellas, a riesgo de meter la pata de algún modo. Abrazo fuerte. UbertinoEl plazo para presentar relatos termina el jueves 29 a las 22:00 y se publican con el usuario común aquí: >http://www.bubok.es/foros/tema/7322/LXVI-Concurso-CELOS-relatos-namas/#ultimo_mensaje
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Tengo mis dudas sobre el lugar donde leí algo que se relacionaba con los celos. Me parece que fue en una de las narraciones breves de Conan Doyle sobre Sherlok Holmes. Tal vez fue en una conversación entre el afamado detective consultor de Baker Street y su biógrafo y amigo, el bueno del doctor Watson. Dialogando sobre ese tema Holmes le refería a su compañero de estudio una antigua historia, tal vez un cuento oriental. En una lejano país, hace cientos y cientos de años, vivía una princesa hermosísima, y dotada de un gran carácter. Altiva y orgullosa, estaba acostumbrada a conseguir cuanto capricho se le ocurriese pedir a su padre el Sultán. Un buen día descubrió a un joven soldado de la guardia contemplándola mientras ellas se bañaba en los jardines de palacio. Era un joven muy bello, con grandes ojos y una sonrisa preciosa. Su cuerpo de adonis atrajo enseguida a la princesa. Y ésta puso al momento en marcha todas sus dotes de seducción. Aquel mismo día eran amantes. No tardó en descubrirse el amor entre los dos jóvenes. Y el sultán, indignando, hizo apresar al joven soldado y lo encarceló en una profunda mazmorra en los subterráneos del palacio. A los pocos días dos guardianes sacaron de su encierro al joven y le llevaron a una explanada situada al pie de una grada donde se hallaban numerosos hombres y mujeres, esperando ver lo que había dispuesto su señor el Sultán para castigar el deshonor de aquel joven plebeyo que había osado amar a la princesa. En una tribuna prominente estaba de pie el propio Sultán, con su hija, sumisa y cabizbaja, a su lado. Al llegar el joven frente a ellos la joven alzó la vista y le miró con ojos como ascuas, llenos de pasión. El joven suspiro y se dispuso a escuchar al Sultán, que le miraba ahora con cierta curiosidad. Sabía de las artimañas de su hija, de sus caprichos y de su egoísmo, y consciente de que no toda la culpa era del joven, estaba dispuesto a ofrecerle un juicio divino. Le daría a escoger entre dos posibilidades. —Joven soldado. Fuiste sorprendido en el lecho de mi hija, la princesa. Sólo por ello merecerías la muerte entre los mayores tormentos. Pero has sido siempre un soldado fiel y valiente, y ello debemos también tenerlo en consideración. Por ese motivo he decidido que puedas elegir tú destino. Mira a tu espalda... Sí, hay dos puertas, idénticas. Deberás abrir una de ellas y pasar al otro lado. Según sea tu opción lograrás la vida o la muerte. Tras una de las puertas te aguarda una joven doncella a la que tomarás por esposa, para marcharos luego ambos a un lejano exilio, lejos del alcance de mis ejércitos, por si cambiase de opinión en el futuro sobre mi decisión de hoy. Aunque él joven no podía verla, tras un muro semicircular que se cerraba detrás suyo, al otro lado de una de las puertas se hallaba tendida en el suelo un joven bellísima, casi una adolescente. Sus ojos almendrados y su piel finísima, su estrecha cintura y sus elegantes caderas, la hermosa figura que sus senos insinuaban bajo las prendas que la vestían, todo ello hacía de aquella jovencísima virgen la más adorable de las mujeres que uno pudiese imaginar. —Si abres la otra puerta, en pocos instantes estarás muerto. Al otro lado te aguarda un fiero tigre, hambriento y deseoso de alimentarse con tu cuerpo, ya que conoce bien, pues la ha probado muchas veces, el sabor de la carne humana. En efecto, al otro lado del muro, más allá de la otra de las dos puertas, se había delimitado un espacio de escasos metros cuadrados, cerrado por una sólidas rejas metálicas de considerable altura. En su interior un enorme tigre, un elegante y hermoso animal de cerca de cuatrocientos quilos, se movía impaciente en círculos, aguardando una posible presa. Todos los ocupantes de la grada veían lo que había tras ambas puertas del muro. También lo veía la princesa. El joven la miró y vio que ella clavaba su mirada en él, y luego en algo situado al otro lado del muro. De manera casi imperceptible la princesa inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado y alzó ligeramente una mano, señalando de ese modo a una de las puertas, la de la izquierda. —Ahora, joven, debes tomar tu decisión. Escoge una de las puertas, ábrela y pasa al otro lado. El joven soldado se dirigió con energía y resolución hacia la puerta izquierda, la que le había señalado su amada, la princesa... ¿Qué aguardaba al joven soldado tras la puerta? ¿A qué destino le dirigió la princesa con su señal? ¿Pasaron por la mente de la altiva princesa las dolorosas imágenes de su amado despezado, desgarrado y finalmente devorado por aquel tigre? ¿O más bien imaginó al joven en brazos de aquella sensual doncella, lejos de allí, entregado a noches de amor, de pasión, de sexo, de lujuria? Es posible que lo haya leído en otro contexto... con los años, perdemos precisión en algunas cosas, entre ellas nuestra memoria. Pero pensé enseguida en esta breve historia al ver el tema de los celos. |
Muchas gracias. Creo que si me sirve. Con el nombre del autor del cuento de la dama o el tigre he llegado curiosamente a descubrir que en un “pastiche” o relato sobre el famoso detective escrito por otro autor, muchos años después de la muerte de Conan Doyle, se menciona el cuento The Lady or the Tiger de Frank R. Stockton. Buscando en internet y tirando de los hilos nos encontramos con que Michel Harrison publicó en 1987 “Sherlock Holmes and the Woman” y mencionó el “cuento oriental” al que me refería. Por ello pienso que voy bien orientado. No he leído ese pastiche pero pienso que su autor, como yo, había leído en su momento algo escrito por Conan Doyle que mencionaba a la princesa y el dilema del tigre o la dama. He pensado en primer lugar en Un escándalo en Bohemia, pues en ese relato Sherlock nos habla admirado de Irene Adler refiriéndose a ella como “the women”. Pero no es en ese. Pensaré en otros relatos.
Gracias de todos modos. |
Una cosilla: no estoy repartiendo claves de votación porque entendí que se volvía al sistema de voto público. Lo cierto es que el sistema de claves asegura una elección más limpia en tanto en cuanto no se puede acusar a nadie que vote a última hora de haber echado cuentas de cómo iba la cosa. Como tampoco quiero armar mucho jaleo, que al fin y al cabo soy MdC en funciones, no voy a imponerlo por mi pico bonito. Pero sí me gustaría que lo valorarais y discutierais, en este mismo hilo, por ejemplo. Ya que es algo que se ha venido haciendo y resultó eficiente y no implicará mayor molestia para vosotros que mandarme los votos por privado. Así, por favor, decidme qué opción preferís: 1.- Votación abierta: cada uno publica su papeleta en el hilo de votaciones y el que sea tan miserable de echar cuentas allá él. 2.- Votación secreta: paso claves de relatos para seguimiento mientras me enviáis los votos por privado asegurándonos de que la elección quede limpia de duda. Obviamente, estoy dispuesto al "trabajo extra" (no es para tanto, la verdad) que supone la segunda opción y, de paso, voto por ella. Ya me diréis. Gracias. |
cita de DanielTurambar
Una cosilla: no estoy repartiendo claves de votación porque entendí que se volvía al sistema de voto público. Lo cierto es que el sistema de claves asegura una elección más limpia en tanto en cuanto no se puede acusar a nadie que vote a última hora de haber echado cuentas de cómo iba la cosa. Como tampoco quiero armar mucho jaleo, que al fin y al cabo soy MdC en funciones, no voy a imponerlo por mi pico bonito. Pero sí me gustaría que lo valorarais y discutierais, en este mismo hilo, por ejemplo. Ya que es algo que se ha venido haciendo y resultó eficiente y no implicará mayor molestia para vosotros que mandarme los votos por privado.
Aunque me gustan las cosas sencillas, yo también voto por el uso de la clave, creo que funcionaba bien y no cuesta demasiado. Por si sirve para algo lo dejo aquí.Así, por favor, decidme qué opción preferís: 1.- Votación abierta: cada uno publica su papeleta en el hilo de votaciones y el que sea tan miserable de echar cuentas allá él. 2.- Votación secreta: paso claves de relatos para seguimiento mientras me enviáis los votos por privado asegurándonos de que la elección quede limpia de duda. Obviamente, estoy dispuesto al "trabajo extra" (no es para tanto, la verdad) que supone la segunda opción y, de paso, voto por ella. Ya me diréis. Gracias. |