Más impuestos y recortes no puede continuar: os invito a leer gratis mi nuevo libro "acabar con la crisis sin recortes" en
Es un libro muy corto formato bolsillo que se lee enseguida. El problema de la crisis de la deuda es que las cuentas públicas no cuadran y hay que seguir endeudándose, empeorando la situación porque los gastos por intereses siguen aumentando. Si no hubiera intereses que pagar se acabó el problema y esta solución la tiene el banco central, quien debería prestar a los gobiernos que lo necesitan a su tipo actual del 1 % o menos en lugar de hacerse a través de los particulares o de un fondo de rescate a tipos del 5 o 7 % y similares. Como lo que preste el banco central habrá que devolverlo, no se trata de monetizar la deuda y no tiene por qué darse una hiperinflación a la alemana. Los más favorecidos, quienes han creado esta crisis, siguen sacando tajada de ella a costa de hundirnos a todos. La unión europea no está sirviendo para nada, salvo para tener una moneda única, y para aumentar la complejidad legislativa y organizativa en lugar de simplificarla y unificarla como debería ser, reduciendo costes y evitando el fraude muy fácilmente. Es necesaria la homogenización fiscal, al menos en Europa, para tener los mismos impuestos, cotizaciones, etc. Una moneda única, pero también leyes comunes europeas, idénticos tipos impositivos y un interés de préstamo a los gobiernos igual para todos, y cada país ahorraría en gestiones, asesores, legisladores, cargos políticos, etc. Cuanto más simple, claro y directo mayor ahorro. Se acabaría el problema de la fuga de capitales a donde hay menos impuestos y para que no se pueda ocultar nada fuera de Europa solo cabe generalizar el registro y pago electrónico, usando el euro únicamente a través de las anotaciones contables de nuestras cuentas, sin moneda ni papel. Pero sin abusivas comisiones bancarias por cada operación. Con una legislación contable y fiscal comunitaria y el pago electrónico, estableciendo una única aplicación informática europea, imaginad el inmenso gasto que se ahorraría en las administraciones, en documentación, oficinas, correo, estadísticas, inspecciones, etc. Sin tener que reducir prestaciones públicas, sanidad, formación, investigación, infraestructuras y todo aquello que realmente nos genera riqueza. Y si todo esto no se hace se demuestra ineptitud en toda la dirección europea y fuera de ella o que nada de esto le conviene a unos pocos privilegiados con poder para influir en las decisiones relevantes. Cuando los mercados dejen de dictar la política económica entonces se podrá hacer política económica de verdad.