Veto llegó temprano al Hotel, me entregó la droga que iba oculta en la figura de porcelana, la coloqué en la maleta. Había dispuesto con mi hermano que iríamos a España con un día de diferencia por si las cosas no salían bien. Primero iba yo y si todo salía bien le avisaba y él saldría al día siguiente para evitar ser detenidos los dos si algo salía mal.
Llegó un taxista amigo de Veto, que por supuesto sabía lo que llevaba, me monté en el taxi, el señor subió mi maleta en a parte de atrás, me despedí de mi hermano con un abrazo y comencé mi viaje de regreso sin saber que iba a pasar.
Tardamos tres horas y media en llegar a San José, pero como todavía era temprano paramos en la capital a comer algo y hacer algo de tiempo para no llegar demasiado temprano al aeropuerto. A la una de la tarde nos fuimos hacia la terminal, llegamos el taxista bajó mi maleta se despidió deseándome buena suerte y se marchó. Yo quedé delante de la puerta de entrada, respiré profundo y entré, fui hasta el mostrador y entregué mi billete para que lo chequearan, después me dijeron que pusiera la maleta en la cinta transportadora y finalmente vi como se alejaba hacia el interior del aeropuerto.
Más tarde me dirigí al puesto de control que hay antes de ingresar a las puertas de embarque, pasé todos los controles de seguridad sin problema y me dirigí a la sala de abordaje, pero todavía faltaban dos horas para la salida de mi vuelo, entonces me fui a mirar las tiendas del aeropuerto pensando que todo había salido bien.
Después me senté a esperar mi vuelo y cuando estaba a punto de abordar el avión se sentó junto a mí un señor joven como de unos 30 años, moreno, noté que se me quedó viendo pero no le di importancia puesto que iba vestido de paisano. De repente sacó de su bolsillo una insignia y me dijo, buenas tardes soy de la DEA control de estupefacientes, me permite su pasaporte, me quedé de piedra, sentí que se me salía el corazón del pecho y comencé a temblar, intenté controlarme, le enseñé mi pasaporte y el señor comenzó hacerme una serie de preguntas, de donde era, que hacía en Costa Rica, cuantos días había venido al país. Pensaba por dentro, no puede ser que me hayan atrapado tan rápido, en la primera vez,