MIRADA NUEVA
Francisco Baena Calvo

Un sacerdote chateaba por Internet y entró en contacto con Ana, una joven en busca de su identidad. De estos encuentros brotó esta obra, ANA, UNA JOVEN EN BUSCA DE SU IDENTIDAD.
Estos correos son el fruto de una reflexión serena y un deseo sincero para transmitir a los jóvenes las preguntas, las dudas, las inquietudes y las posibles búsquedas en clave cristiana en esta hora que nos ha tocado vivir.
La librería Bubok cuenta con más de 70.000 títulos publicados. ¿Todavía no encuentras el tuyo? Aquí te presentamos algunas lecturas recomendadas basándonos en las valoraciones de lectores que compraron este mismo libro.
¿No es lo que buscabas? Descubre toda nuestra selección en la librería: ebooks, publicaciones en papel, de descarga gratuita, de temáticas especializadas... ¡Feliz lectura!
Bubok es una editorial que brinda a cualquier autor las herramientas y servicios necesarios para editar sus obras, publicarlas y venderlas en más de siete países, tanto en formato digital como en papel, con tiradas a partir de un solo ejemplar. Los acuerdos de Bubok permiten vender este catálogo en cientos de plataformas digitales y librerías físicas.
Si quieres descubrir las posibilidades de edición y publicación para tu libro, ponte en contacto con nosotros a través de este formulario y comenzaremos a dar forma a tu proyecto.
Mª Carmen Martínez Hernández
.... Ana, hija de una cultura laicista, se interroga sobre el sentido de la vida, de la religión. Le impacta la figura de Jesús de Nazaret pero no entiende la Iglesia. Los maestros de la sospecha han sembrado su mente de dudas razonables, pero que no dan respuesta a la identidad del ser humano. A lo largo de esos cien correos a Ana se le va explicando, en un lenguaje sencillo y hermoso, claro y lleno de contenido, los supuestos fundamentales de la fe cristiana: La existencia de Dios, Jesús de Nazaret, su historicidad y su resurrección. La Iglesia en sus luces y sus sombras, su historia, sus papas y sus santos, su liturgia, las razones para permanecer en ella. Los pecados capitales, la oración, el infierno, los deberes humanos, la relación entre la fe y la razón, etc.
Mª Carmen Martínez Hernández.
Mª Carmen Martínez Hernández.
El encuentro fue “casual”. Un sacerdote chateaba por Internet y apareció “Ana”, una joven en busca de su identidad. Estos correos son el fruto de una reflexión serena y un deseo sincero para transmitir a los jóvenes las preguntas, las dudas, las inquietudes y las posibles “búsquedas” en clave cristiana. ..
FRANCISCO BAENA CALVO.
EL AUTOR.
.... Ana, hija de una cultura laicista, se interroga sobre el sentido de la vida, de la religión. Le impacta la figura de Jesús de Nazaret pero no entiende la Iglesia. Los maestros de la sospecha han sembrado su mente de dudas razonables, pero que no dan respuesta a la identidad del ser humano. A lo largo de esos cien correos a Ana se le va explicando, en un lenguaje sencillo y hermoso, claro y lleno de contenido, los supuestos fundamentales de la fe cristiana: La existencia de Dios, Jesús de Nazaret, su historicidad y su resurrección. La Iglesia en sus luces y sus sombras, su historia, sus papas y sus santos, su liturgia, las razones para permanecer en ella. Los pecados capitales, la oración, el infierno, los deberes humanos, la relación entre la fe y la razón, etc.
Mª Carmen Martínez Hernández.
Sigue paso a paso el libro en el Blogs y deja tus comentarios.
Gracias.
https://misionescordobaevans.blogspot.com.es/
El encuentro fue “casual”. Un sacerdote chateaba por Internet y apareció “Ana”, una joven en busca de su identidad. Estos correos son el fruto de una reflexión serena y un deseo sincero para transmitir a los jóvenes las preguntas, las dudas, las inquietudes y las posibles “búsquedas” en clave cristiana. En la sociedad, los jóvenes son el exponente más claro de ella misma. Ellos son el reflejo más fiel de la sociedad en que viven, tanto en lo negativo como en lo positivo. En un mundo fragmentado y tan cambiante, con grandes fisuras a nivel cultural y social, brota una pregunta fundamental. ¿Dónde cimentar y fundamentar nuestra propia identidad en este tiempo para no sentirnos perdidos y “barcos sin brújula perdidos en el mar”?...
Y la propuesta de la dimensión religiosa que propone esta obra es una persona, Jesús de Nazaret, muerto y resucitado, verdadero hombre y verdadero Dios, que nos revela el verdadero rostro del Dios vivo…En definitiva, el Cristianismo es un encuentro vital con Jesús de Nazaret, el Dios con nosotros, que da razón última a nuestra vida, al conjunto de la Realidad y al curso de la Historia.
El autor.
.... Ana, hija de una cultura laicista, se interroga sobre el sentido de la vida, de la religión. Le impacta la figura de Jesús de Nazaret pero no entiende la Iglesia. Los maestros de la sospecha han sembrado su mente de dudas razonables, pero que no dan respuesta a la identidad del ser humano. A lo largo de esos cien correos a Ana se le va explicando, en un lenguaje sencillo y hermoso, claro y lleno de contenido, los supuestos fundamentales de la fe cristiana: La existencia de Dios, Jesús de Nazaret, su historicidad y su resurrección. La Iglesia en sus luces y sus sombras, su historia, sus papas y sus santos, su liturgia, las razones para permanecer en ella. Los pecados capitales, la oración, el infierno, los deberes humanos, la relación entre la fe y la razón, etc.
La dimensión evangelizadora de este libro es incuestionable. A través de las respuestas a esas cuestiones fundamentales que surgen en la vida de los jóvenes, va transmitiendo la fe en la vida concreta propiciando el conocimiento del misterio de Cristo, del pecado y del perdón, y también del misterio de la Iglesia.
La primera vez que abres el libro corres el riesgo de engancharte a él, de no cerrarlo hasta llegar al último punto final. Desde la primera página hasta la última el interés de los temas que tratan Ana y el autor nos lleva a leerlas de un tirón, porque bien seas una persona adolescente o una persona adulta en cada página encuentras como un flash, una instantánea de las cuestiones fundamentales que van surgiendo en la vida de cada día. Después lo dejarás muy cerca, muy a mano porque cada día te plantea situaciones nuevas que necesitas aclarar. Tal vez la cuestión no sea totalmente nueva, pero sí las circunstancias en que las vives y volverás a releer aquella página que te lo aclara, que te ilumina, que te permite afrontar la situación.
¡Ah!, cuantos padres y madres en conversación con nuestros hijos llegaremos a cuestiones que nos resultan difíciles de explicar, bien porque ni nosotros mismos lo tenemos claro, bien porque no nos resulta fácil explicarnos, y entonces recordaremos a Ana y ‘ese libro que lo explica tan bien’.
Mª Carmen Martínez Hernández
La dimensión evangelizadora de este libro es incuestionable. A través de las respuestas a esas cuestiones fundamentales que surgen en la vida de los jóvenes, va transmitiendo la fe en la vida concreta propiciando el conocimiento del misterio de Cristo, del pecado y del perdón, y también del misterio de la Iglesia.
La primera vez que abres el libro corres el riesgo de engancharte a él, de no cerrarlo hasta llegar al último punto final. Desde la primera página hasta la última el interés de los temas que tratan Ana y el autor nos lleva a leerlas de un tirón, porque bien seas una persona adolescente o una persona adulta en cada página encuentras como un flash, una instantánea de las cuestiones fundamentales que van surgiendo en la vida de cada día. Después lo dejarás muy cerca, muy a mano porque cada día te plantea situaciones nuevas que necesitas aclarar. Tal vez la cuestión no sea totalmente nueva, pero sí las circunstancias en que las vives y volverás a releer aquella página que te lo aclara, que te ilumina, que te permite afrontar la situación. ¡Ah!, cuantos padres y madres en conversación con nuestros hijos llegaremos a cuestiones que nos resultan difíciles de explicar, bien porque ni nosotros mismos lo tenemos claro, bien porque no nos resulta fácil explicarnos, y entonces recordaremos a Ana y ‘ese libro que lo explica tan bien’. Mª Carmen Martínez Hernández
Estos correos son el fruto de una reflexión serena y un deseo sincero para transmitir a los jóvenes las preguntas, las dudas, las inquietudes y las posibles “búsquedas” en clave cristiana. El autor
La dimensión evangelizadora de este libro es incuestionable. A través de las respuestas a esas cuestiones fundamentales que surgen en la vida de los jóvenes, va transmitiendo la fe en la vida concreta propiciando el conocimiento del misterio de Cristo, del pecado y del perdón, y también del misterio de la Iglesia.
La primera vez que abres el libro corres el riesgo de engancharte a él, de no cerrarlo hasta llegar al último punto final. Desde la primera página hasta la última el interés de los temas que tratan Ana y el autor nos lleva a leerlas de un tirón, porque bien seas una persona adolescente o una persona adulta en cada página encuentras como un flash, una instantánea de las cuestiones fundamentales que van surgiendo en la vida de cada día. Después lo dejarás muy cerca, muy a mano porque cada día te plantea situaciones nuevas que necesitas aclarar. Tal vez la cuestión no sea totalmente nueva, pero sí las circunstancias en que las vives y volverás a releer aquella página que te lo aclara, que te ilumina, que te permite afrontar la situación. ¡Ah!, cuantos padres y madres en conversación con nuestros hijos llegaremos a cuestiones que nos resultan difíciles de explicar, bien porque ni nosotros mismos lo tenemos claro, bien porque no nos resulta fácil explicarnos, y entonces recordaremos a Ana y ‘ese libro que lo explica tan bien’. Mª Carmen Martínez Hernández
El encuentro fue “casual”. Un sacerdote chateaba por Internet y apareció “Ana”, una joven en busca de su identidad.
Estos correos son el fruto de una reflexión serena y un deseo sincero para transmitir a los jóvenes las preguntas, las dudas, las inquietudes y las posibles “búsquedas” en clave cristiana.
En la sociedad, los jóvenes son el exponente más claro de ella misma. Ellos son el reflejo más fiel de la sociedad en que viven, tanto en lo negativo como en lo positivo.
En un mundo fragmentado y tan cambiante, con grandes fisuras a nivel cultural y social, brota una pregunta fundamental. ¿Dónde cimentar y fundamentar nuestra propia identidad en este tiempo para no sentirnos perdidos y “barcos sin brújula perdidos en el mar”?...
Y la propuesta de la dimensión religiosa que propone esta obra es una persona, Jesús de Nazaret, muerto y resucitado, verdadero hombre y verdadero Dios, que nos revela el verdadero rostro del Dios vivo…En definitiva, el Cristianismo es un encuentro vital con Jesús de Nazaret, el Dios con nosotros, que da razón última a nuestra vida, al conjunto de la Realidad y al curso de la Historia. El autor.
Y la propuesta de la dimensión religiosa que propone esta obra es una persona, Jesús de Nazaret, muerto y resucitado, verdadero hombre y verdadero Dios, que nos revela el verdadero rostro del Dios vivo…En definitiva, el Cristianismo es un encuentro vital con Jesús de Nazaret, el Dios con nosotros, que da razón última a nuestra vida, al conjunto de la Realidad y al curso de la Historia.
El autor.
Mª Carmen Martínez Hernández
El encuentro fue “casual”. Un sacerdote chateaba por Internet y apareció “Ana”, una joven en busca de su identidad.
Estos correos son el fruto de una reflexión serena y un deseo sincero para transmitir a los jóvenes las preguntas, las dudas, las inquietudes y las posibles “búsquedas” en clave cristiana.
En la sociedad, los jóvenes son el exponente más claro de ella misma. Ellos son el reflejo más fiel de la sociedad en que viven, tanto en lo negativo como en lo positivo.
En un mundo fragmentado y tan cambiante, con grandes fisuras a nivel cultural y social, brota una pregunta fundamental. ¿Dónde cimentar y fundamentar nuestra propia identidad en este tiempo para no sentirnos perdidos y “barcos sin brújula perdidos en el mar”?
En una sociedad tan competitiva y tan “brutalmente cambiante”, muchos fundamentan su existencia en el dinero y en el consumo. Otros fundamentan su vida en la ciencia como la única vía del conocimiento capaz de dar respuesta eficaz al hombre y una construcción sapiencial al margen de la superstición y del retroceso, aunque asistamos a manifestaciones cada vez más “pseudo científicas” que atentan contra todo nivel no verificable y empírico, dejando al margen grandes dimensiones humanas.
Otros, como el autor de este libro, y aquí está mi propuesta, estoy convencido que hay una sola “piedra angular” que sea capaz de armonizar todos los elementos y dar una cohesión equilibrada a los jóvenes de hoy, sin riesgo a perder nada de si mismos y alcanzar pautas sublimes de perfección y de santidad. La dimensión religiosa.
La dimensión religiosa “religa” al hombre con Dios, el único dador de sentido global último a la vida y da respuesta convincente a la propia existencia, a la historia y a la realidad.
La dimensión religiosa jamás rechaza nada de cuanto bueno hay en la realidad y en el hombre mismo, armoniza la fe y la razón con una alianza no exenta de conflictos pero que las convierte en dos alas en favor de la libertad y de la verdad, da razones para vivir en medio de una cultura cada vez más cambiante y más fugaz, remite nuestra existencia más allá de ella misma dando soporte al ansia de felicidad y de eternidad que tenemos todos los humanos…
Y la propuesta de la dimensión religiosa que propone esta obra es una persona, Jesús de Nazaret, muerto y resucitado, verdadero hombre y verdadero Dios, que nos revela el verdadero rostro del Dios vivo…En definitiva, el Cristianismo es un encuentro vital con Jesús de Nazaret, el Dios con nosotros, que da razón última a nuestra vida, al conjunto de la Realidad y al curso de la Historia.
El autor.
Los jóvenes, esos seres inquietos e inquietantes con los que a veces no se sabe que hacer. Pasotas unas veces, rebeldes otras, confusos casi siempre. Difíciles de tratar por la familia y tan manipulables para el grupo de amigos o la pandilla. Disponen de los mejores medios educativos pero lo que aprenden no parece servirles para la vida, como si no respondiese a sus inquietudes básicas. Decía Juan Pablo II en la Encíclica Novo Millenio Ineunte que “A veces, cuando se mira a los jóvenes, con los problemas y las fragilidades que les caracterizan en la sociedad contemporánea, hay una tendencia al pesimismo”. No obstante, en el encuentro con ellos durante el Gran Jubileo captó “el mensaje de una juventud que expresa un deseo profundo, a pesar de posibles ambigüedades, de aquellos valores auténticos que tienen su plenitud en Cristo”. Ese es el anhelo que sintetiza Ana, la destinataria de los correos que le irán explicando y reconduciendo esos deseos.
Pese a su lejanía, todavía recuerdo mi adolescencia como un cúmulo de interrogantes, de experiencias, de sensaciones, de descubrimientos, de anhelos, todo tan interrelacionado que buscaba incesantemente en los libros pero no siempre hallaba la respuesta. ¡Ay si hubiese encontrado respuestas adecuadas a tantos interrogantes! Pero sobre todo… ¡Ay si todos aquellos interrogantes me hubiesen sido aclarados desde la dimensión religiosa! Pues bien, tenemos entre las manos uno de esos libros que son como faros orientadores en la oscuridad de cualquiera de las muchas dificultades, dudas, sombras con las que se topa un adolescente y a las que no siempre ni sabe responder él ni sabemos responder los mayores. El sufrimiento de los inocentes, el aborto, la violencia, el racismo, la injusticia, el terrorismo, la eutanasia, la muerte...O simplemente sucesos maravillosos que los deslumbran y los dejan tan a oscuras como antes. El enamoramiento, el amor, la felicidad, la amistad, la sexualidad y también sus consecuencias la tristeza, el miedo, el desánimo, la depresión. El mundo más allá de la adolescencia: el trabajo, la política, el tener, la igualdad de la mujer, la globalización, la muerte de los seres queridos, etc.
Y si decíamos al comienzo que los conocimientos académicos no parecen servirles para la vida, ahora hay que añadir que los adolescentes, pese a los años de catequesis de confirmación, no vuelven a la parroquia. No obstante los jóvenes siguen llenos de interrogantes respecto a Cristo y a la Iglesia de cuya respuesta dependerá el desarrollo de su propia vida como persona creyente. Como dijo Juan Pablo II, “Si a los jóvenes se les presenta a Cristo con su verdadero rostro, ellos lo experimentan como una respuesta convincente y son capaces de acoger el mensaje, incluso si es exigente y marcado por la Cruz”
Ana, hija de una cultura laicista, se interroga sobre el sentido de la vida, de la religión. Le impacta la figura de Jesús de Nazaret pero no entiende la Iglesia. Los maestros de la sospecha han sembrado su mente de dudas razonables, pero que no dan respuesta a la identidad del ser humano. A lo largo de esos cien correos a Ana se le va explicando, en un lenguaje sencillo y hermoso, claro y lleno de contenido, los supuestos fundamentales de la fe cristiana: La existencia de Dios, Jesús de Nazaret, su historicidad y su resurrección. La Iglesia en sus luces y sus sombras, su historia, sus papas y sus santos, su liturgia, las razones para permanecer en ella. Los pecados capitales, la oración, el infierno, los deberes humanos, la relación entre la fe y la razón, etc.
La dimensión evangelizadora de este libro es incuestionable. A través de las respuestas a esas cuestiones fundamentales que surgen en la vida de los jóvenes, va transmitiendo la fe en la vida concreta propiciando el conocimiento del misterio de Cristo, del pecado y del perdón, y también del misterio de la Iglesia.
La primera vez que abres el libro corres el riesgo de engancharte a él, de no cerrarlo hasta llegar al último punto final. Desde la primera página hasta la última el interés de los temas que tratan Ana y el autor nos lleva a leerlas de un tirón, porque bien seas una persona adolescente o una persona adulta en cada página encuentras como un flash, una instantánea de las cuestiones fundamentales que van surgiendo en la vida de cada día. Después lo dejarás muy cerca, muy a mano porque cada día te plantea situaciones nuevas que necesitas aclarar. Tal vez la cuestión no sea totalmente nueva, pero sí las circunstancias en que las vives y volverás a releer aquella página que te lo aclara, que te ilumina, que te permite afrontar la situación.
¡Ah!, cuantos padres y madres en conversación con nuestros hijos llegaremos a cuestiones que nos resultan difíciles de explicar, bien porque ni nosotros mismos lo tenemos claro, bien porque no nos resulta fácil explicarnos, y entonces recordaremos a Ana y ‘ese libro que lo explica tan bien’.
Mª Carmen Martínez Hernández
El encuentro fue “casual”. Un sacerdote chateaba por Internet y apareció “Ana”, una joven en busca de su identidad.
Estos correos son el fruto de una reflexión serena y un deseo sincero para transmitir a los jóvenes las preguntas, las dudas, las inquietudes y las posibles “búsquedas” en clave cristiana.
En la sociedad, los jóvenes son el exponente más claro de ella misma. Ellos son el reflejo más fiel de la sociedad en que viven, tanto en lo negativo como en lo positivo.
En un mundo fragmentado y tan cambiante, con grandes fisuras a nivel cultural y social, brota una pregunta fundamental. ¿Dónde cimentar y fundamentar nuestra propia identidad en este tiempo para no sentirnos perdidos y “barcos sin brújula perdidos en el mar”?
En una sociedad tan competitiva y tan “brutalmente cambiante”, muchos fundamentan su existencia en el dinero y en el consumo. Otros fundamentan su vida en la ciencia como la única vía del conocimiento capaz de dar respuesta eficaz al hombre y una construcción sapiencial al margen de la superstición y del retroceso, aunque asistamos a manifestaciones cada vez más “pseudo científicas” que atentan contra todo nivel no verificable y empírico, dejando al margen grandes dimensiones humanas.
Otros, como el autor de este libro, y aquí está mi propuesta, estoy convencido que hay una sola “piedra angular” que sea capaz de armonizar todos los elementos y dar una cohesión equilibrada a los jóvenes de hoy, sin riesgo a perder nada de si mismos y alcanzar pautas sublimes de perfección y de santidad. La dimensión religiosa.
La dimensión religiosa “religa” al hombre con Dios, el único dador de sentido global último a la vida y da respuesta convincente a la propia existencia, a la historia y a la realidad.
La dimensión religiosa jamás rechaza nada de cuanto bueno hay en la realidad y en el hombre mismo, armoniza la fe y la razón con una alianza no exenta de conflictos pero que las convierte en dos alas en favor de la libertad y de la verdad, da razones para vivir en medio de una cultura cada vez más cambiante y más fugaz, remite nuestra existencia más allá de ella misma dando soporte al ansia de felicidad y de eternidad que tenemos todos los humanos…
Y la propuesta de la dimensión religiosa que propone esta obra es una persona, Jesús de Nazaret, muerto y resucitado, verdadero hombre y verdadero Dios, que nos revela el verdadero rostro del Dios vivo…En definitiva, el Cristianismo es un encuentro vital con Jesús de Nazaret, el Dios con nosotros, que da razón última a nuestra vida, al conjunto de la Realidad y al curso de la Historia.
El autor.
.... Ana, hija de una cultura laicista, se interroga sobre el sentido de la vida, de la religión. Le impacta la figura de Jesús de Nazaret pero no entiende la Iglesia. Los maestros de la sospecha han sembrado su mente de dudas razonables, pero que no dan respuesta a la identidad del ser humano. A lo largo de esos cien correos a Ana se le va explicando, en un lenguaje sencillo y hermoso, claro y lleno de contenido, los supuestos fundamentales de la fe cristiana: La existencia de Dios, Jesús de Nazaret, su historicidad y su resurrección. La Iglesia en sus luces y sus sombras, su historia, sus papas y sus santos, su liturgia, las razones para permanecer en ella. Los pecados capitales, la oración, el infierno, los deberes humanos, la relación entre la fe y la razón, etc.
La dimensión evangelizadora de este libro es incuestionable. A través de las respuestas a esas cuestiones fundamentales que surgen en la vida de los jóvenes, va transmitiendo la fe en la vida concreta propiciando el conocimiento del misterio de Cristo, del pecado y del perdón, y también del misterio de la Iglesia.
La primera vez que abres el libro corres el riesgo de engancharte a él, de no cerrarlo hasta llegar al último punto final. Desde la primera página hasta la última el interés de los temas que tratan Ana y el autor nos lleva a leerlas de un tirón, porque bien seas una persona adolescente o una persona adulta en cada página encuentras como un flash, una instantánea de las cuestiones fundamentales que van surgiendo en la vida de cada día. Después lo dejarás muy cerca, muy a mano porque cada día te plantea situaciones nuevas que necesitas aclarar. Tal vez la cuestión no sea totalmente nueva, pero sí las circunstancias en que las vives y volverás a releer aquella página que te lo aclara, que te ilumina, que te permite afrontar la situación.
¡Ah!, cuantos padres y madres en conversación con nuestros hijos llegaremos a cuestiones que nos resultan difíciles de explicar, bien porque ni nosotros mismos lo tenemos claro, bien porque no nos resulta fácil explicarnos, y entonces recordaremos a Ana y ‘ese libro que lo explica tan bien’.
Mª Carmen Martínez Hernández