Adagio Sostenuto

Se trata de una maravillosa historia de amor nacida de la música y que se desarrolla en Barcelona. Petoneta es el apelativo cariñoso de la heroína, de nombre Lucía, y los sentimientos que expresan los personajes son reales y hermosos, testimonio de un amor puro y transparente, generoso y entregado, certeza de un amor inmortal.

 

La novela arranca en el Palau de la Música Catalana y es una historia tierna, a la vez que cruda y real, narrada de forma sencilla y amena, con un lenguaje expresivo, sincero y apasionado, que transporta al lector en forma clara y precisa a la escena que están viviendo los personajes. Es un relato valiente, actual, íntimo, romántico sin caer en la sensiblería, que demuestra que el amor incondicional existe aún en el siglo XXI y que dignifica a las personas cuando es generoso y se eleva por encima de la mediocridad.

 

La visita de la pareja a una consulta médica rutinaria, da lugar a que una frase del especialista mal interpretadala por Lucía dé origen a que en su mente se instale la creencia de que Andrés padece una enfermedad incurable que va a frustrar su plácida vida en común, plena de felicidad hasta ese momento. Lucía, creyéndose verse postrada a los pies de la cama de un moribundo, es incapaz de afrontar la realidad y ocasiona una violenta ruptura con consecuencias de inhumana crueldad para Andrés.

 

Tiempo después, la casualidad hará que Beatriz, una atractiva señora que acude a un concierto al Palau de la Música Catalana, ocupe la  butaca contigua a la de Andrés, para quien no pasa inadvertida su presencia, y, juntos, a lo largo de la velada, descubrirán que comparten los mismos sentimientos que la música produce, lo que hará que, al término del concierto, ambos deseen intercambiar sus emociones durante una cena, creándose entre ellos una intimidad que va a desencadenar una sorprendente serie de coincidencias que los conducirá hasta Lucía, vértice último que cierra un enigmático triángulo.  

 

La riqueza de la narración se la proporcionan los propios personajes con sus diálogos sinceros y vivos, amenizada por los detalles del entorno en donde se mueven, fundamentalmente por el Barri Gòtic y sus monumentos, con parada especial en Sant Jaume, Santa María del Mar, el Fossar de les Moreres y la Catedral, sin olvidar sus angostas callejuelas y sus sorprendentes plazoletas, todas ellas cargadas de historia y leyenda. La Avinguda de Gaudí, con Sant Pau en un extremo y la Sagrada Familia en el otro, y el Palau de la Música, son los lugares modernistas emblemáticos que visitarán con frecuencia los personajes, estando presente en toda la obra una espiritualidad que nace de forma espontánea en ellos cuando escuchan y comparten la música que los une. Las sardanas, la catalanidad, la ruta de los monasterios del Cister, la vendimia, la visita a unas bodegas de Villafranca del Penedés, son, entre otros, gustos y sentimientos por la tradición y el arte que descubren con alegría que también comparten.

 

Aún cuando es la música lo que hace nacer en el corazón de los personajes un sentimiento que, poco a poco, crece, se define, se reconoce y exige ser confesado, en otro orden, es una novela que ensalza la rica cultura catalana y sólo un andaluz de Granada como el autor, apasionado amante de aquellos lugares, de su historia, de su lenguaje, de sus gentes, de sus paisajes y de sus tradiciones, puede describir con tanta pasión y entusiasmo, a la vez que con tanto mimo y delicadeza, la admiración que siente por la ciudad de Barcelona y, en general, por toda Cataluña.