En el siglo XVI, como consecuencia del descubrimientoÂde América, se produce en laÂPenÃnsula Ibérica un importante desarrolloÂde las ciencias relacionadas con la navegación.ÂSe escriben diversos tratados sobre estaÂciencia que a lo largo del siglo XVI se irá perfeccionandoÂpara dar solución a los problemasÂtécnicos que planteaban los grandesÂviajes a las nuevas tierras. En esta época seÂproduce un importante progreso del «arteÂde marear» o ciencia náutica. Portugal y EspañaÂpueden vanagloriarse de haber sido lasÂfundadoras de la navegación, cientÃfica graciasÂa la colaboración entre marinos y cientÃficos.ÂEn estos dos paÃses se publican losÂprimeros tratados de navegación, entre losÂque destacan los trabajos de Francisco Faleiro,ÂPedro de Medina y MartÃn Cortés, autoresÂde obras de gran altura cientÃfica, consideradasÂcomo auténticos tratados sistemáticos del arteÂde navegar. Sus obras sobre náutica alcanzaronÂgran difusión durante más de un sigloÂen Europa.ÂEl Arte de navegar de Pedro de Medina fue elÂprimer tratado impreso dedicado exclusivamenteÂa esta ciencia, recibiendo la aprobaciónÂde los cosmógrafos de la Casa de ContrataciónÂy del Consejo Real de su Majestad en Valladolid,Âdonde residÃa la corte y donde se imprimióÂel libro en 1545.ÂLa obra comprende ocho partes o libros dedicadosÂa los siguientes temas: I. «Del mundo,Âde su orden y composición»; II. «De la mar yÂsus movimientos, y cómo fue inventada laÂnavegación»; III. «De los vientos, de su calidadÂy nombres, y cómo se ha de navegar conÂellos»; IV. «Del altura del Sol, y cómo se ha deÂregir por él la navegación»; V. «Del alturaÂde los polos»; VI. «De las agujas de navegar»;ÂVII. «De la Luna, y cómo sus crecientes yÂmenguantes sirven en la navegación»; VIII.«De los dÃas del año».ÂEn la dedicatoria expone Medina las razonesÂque le han llevado a escribir esta obra, entreÂlas que destaca especialmente la contribuciónÂde la navegación a ampliar los dominiosÂespañoles y la ayuda que ofrece a los navegantesÂque cruzan los mares hacia regionesÂlejanas y desconocidas, ya que, como el mismoÂcita: «pocos de los que navegan saben loÂque a la navegación se requiere, la causa esÂporque ni ay maestros que lo enseñen ni librosÂen los que lo lean».ÂEl Arte de navegar tuvo un éxito inmediato,Âdifundiéndose rápidamente por toda Europa.ÂSe tradujo al francés, italiano, alemán, inglésÂy holandés, llegando a alcanzar más de veintisieteÂediciones. Desde su aparición se convirtióÂen un manual de formación para pilotosÂno sólo en España, sino también en Europa.ÂLa Biblioteca Nacional conserva, comoÂpiezas de gran valor, ejemplares de las edicionesÂespañola, francesa e italiana.ÂEl mismo autor escribió una segunda obraÂdedicada también a la náutica, El regimiento deÂnavegación, publicada en Sevilla en 1552. Es unÂresumen, una adaptación de carácter prácticoÂy menos complicada, de los conceptos del ArteÂde navegar, escrita en forma de recomendacionesÂy reglas y con un lenguaje más accesibleÂpara los marinos. Estaba destinada a la enseñanzaÂde los pilotos de la Casa de ContrataciónÂque iban a navegar hacia las Indias.ÂEl cosmógrafo Pedro de Medina residió laÂmayor parte de su vida en Sevilla, centro de laÂempresa náutica española, y su vida estuvo dedicadaÂfundamentalmente a la enseñanza de laÂnáutica como cosmógrafo adscrito a la CasaÂde Contratación. Navegó en varias ocasionesÂcomo cientÃfico y no como marino, para ponerÂen práctica las teorÃas y enseñanzas sobreÂla navegación que exponÃa en sus «manuales».
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