Nació en Alcoi hace unos cuarentaypocos años y los Hados le concedieron tres dones: El primero, ser consciente siempre que la bofetada más grande aún no se la han dado. El segundo, saber que sólo lo que pensamos imposible es imposible. El tercero aún está intentando saber cuál es.
Después de algunos periplos (y algún viaje a los Infiernos camuflado como relación sentimental) recaló en Terrassa viejo, solo y como un vagabundo... y ahora escribe (¡Y lo guarda, que ya no lo tira!).
Encima, ha tenido la osadía de publicar en Bubok "El Rey de las Tumbas de Sal".
Actualmente se dedica a observar los vientos para reajustar las velas. Nunca se sabe cuándo soplará el frío Bóreas.