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Este trabajo trata de la vida de una mujer nacida en Andalucía en los años
treinta, de padres campesinos. A ella le encanta vivir en el campo,
rodeada de la naturaleza, y comienza a trabajar a los diez años de
jornalera con sus padres y sus hermanos. Tiene la suerte de poder ir al
colegio, porque durante la República habían hecho en su pueblo un
colegio público al que podían acudir todos.

Un día, la madre de Ana decide ir a hacer una transfusión de sangre a una
mujer de la familia que está enferma. Cuando llega del viaje descubren
que ha contraído colitis, y su salud va empeorando gradualmente hasta
que, a gran tristeza de todos los que habitan en el pueblo, muere en
silencio.

Sus hijos se sienten muy entristecidos, pero tiran adelante como pueden,
y Ana, a causa de la presión de su familia, se casa con un hombre llamado
Francisco. Se van a vivir a L™Hospitalet, en Catalunya, porque ahí viven las
hermanas de él. Poco después de su llegada nace Isabel, y Ana está muy
contenta de poder cuidarla. Dos años más tarde, tienen otro hijo llamado
Antonio.

Francisco maltrata a su mujer y a sus hijos, y les golpea. A medida que se
hacen mayores, Isabel y Toni se dan cuenta que lo que necesita su madre
es pedir una separación, pero con el nacimiento de Alberto no se lleva a
cabo. Sus hermanos lo miman y lo quieren, y Isabel se marcha de casa a
los 19 años porque no soporta vivir en la casa con su padre. Dos años
después, Francisco echa a Antonio de casa, causando que Ana pida el
divorcio, y Ana deja que Antonio vuelva a casa.

A partir de aquí su calidad de vida mejora por una parte pero empeora por
la otra, porque Ana tiene que intentar sobrevivir con el poco dinero que
envía su ex marido y, siendo una mujer separada, tiene dificultades para
encontrar trabajo. Finalmente, encuentra un empleo limpiando ventanas y
revendiendo verduras del mercado del Born. Eso sí: lo más importante es
que Ana siguió valientemente por la vida.