Cristina Corsali

Nacida en La Laguna, Tenerife, la autora, que escribe bajo el pseudónimo de Cristina Corsali, se trasladó con su familia al sur de la isla a los cinco años de edad. Tal vez fuera su peculiar infancia - se crio en un hotel - lo que disparó su imaginación y la incitó a escribir. Tras el bachillerato se marchó a Texas como estudiante de intercambio y decidió quedarse en Houston para cursar la carrera de periodismo. Ya en Canarias, trabajó para el periódico Diario de Avisos.

Tras seis años como corresponsal en el Sur de la isla, pasó a la televisión y combinó el puesto de presentadora del programa semanal Aires del Sur, en canal 7 del Atlántico, con el de jefa de prensa del complejo turístico de cinco estrellas y Palacio de Congresos Mare Nostrum Resort.

En 1998 se trasladó a Londres, donde residió dos años, y desde donde viajó extensamente. Finalmente, se afincó en el norte de Gales, aunque en la actualidad vive en Chester. Durante su estancia en el Reino Unido colaboró con la revista de Turismo y Transportes Preferente, realizando, principalmente, entrevistas a los líderes de la industria turística británica.

Después de estudiar la carrera de Lenguas Modernas, un postgraduado en Educación y un Master en Educación, trabajó ocho años en un instituto y en la actualidad da clases particulares de español.

Todos los caminos es su primera novela y aunque es un relato principalmente de amor, explora, entre otras cosas, conceptos que siempre le han llamado la atención, como la sincronicidad o coincidencias con significado para la persona que las vive.

Su segundo libro incluye dos novelas cortas: Lágrimas negras y La conversación muda. Ahora acaba de terminar El chico del girasol, un relato basado en las dos Españas y la intensa relación que surge entre un guardia civil y una botánica inglesa.

Se decantó por el nombre Corsali (explorador y espía italiano que le dio nombre a la constelación Cruz del Sur) cuando buscaba un pseudónimo que tuviera relación con el firmamento, que ya desde pequeña admiraba, por encontrarse en uno de los mejores lugares del mundo para observar el universo.