Si una gélida mañana de invierno usted se levanta temprano, sale a la calle, aún en penumbra y se encuentra grandes corros de gente apurando un cigarrillo a las puertas de alguna empresa, puedes echarse a temblar. Ya están ahí. Los tiene metidos por todas partes y están dispuestos a todo. Se creen -aún encima- que fabrican un mundo mejor y se divierten pensando que cada día tienen más poder. Y lo tienen.
Los políticos, tanto en el poder como en la oposición van poco a poco aumentando su capacidad de gobierno e invadiendo el espacio de la sociedad, la familia, del individuo. Pronto, si nadie lo remedia, se encontrará a uno de ellos en su nevera, vigilando que su ingesta de grasas de hoy no haya sido excesiva y asegurándose de que su matrimonio se reparte las tareas del hogar en la precisa proporción que indicará mañana mismo la ley.
La mejor forma de sobrevivir a gobiernos omnipresentes y omnipotentes es conocerlos. Este manual dedica buena parte de su contenido a ello. Sólo conociendo al enemigo se le puede plantar cara.
Al poco tiempo de comenzar a leer este texto comprenderá que el problema no tiene solución y entonces estará de acuerdo conmigo en que lo mejor, visto lo visto, es tomárselo con humor y patalear mientras podamos.