No se deje usted engañar por el título, que en realidad no tiene intención de hacerlo; más bien de ejercer de síntesis metafórica de la historia. No encontrará sangre en esta novela. La única muerte que aparece en la trama acontece por radio, y el autor no la juzgó lo suficientemente importante como para que crezca más allá de la mención. Las historias oblicuas de dos hombres que, habiendo perdido el futuro, toman una drástica decisión. Asuntos internos, devenir del pensamiento de los personajes que el autor desmenuza a conciencia.
El autor es un buen muchacho. Algo bitemático a veces, es cierto, como la mayoría de quienes nacieron en la ciudad de Buenos Aires, pero las circunstancias ayudan. Estudió periodismo y terminó, de manera que es periodista y locutor ISER, pero hace radio más por conocer y entender que por afán de cronista. El tren es el nombre del programa que conduce desde hace ocho años en Catalunya. Vive en Barcelona desde 1991. Ha sido profesor en la Universidad de Granada. Conserva la fe, prueba de eso es que presenta su novela para que la lea un perfecto desconocido como usted. Desea fervientemente que la disfrute. Le saluda atentamente.