El alba puede simbolizar muchas cosas. Para algunos, puede significar el principio de una nueva vida. Para otros, su final.
La gran mayoría de seres humanos no le otorga la importancia que se merece. Numerosas personas opinan que ese espectáculo diario no es productivo, tan sólo una prolongación sin sentido de horas, minutos y segundos.
Contemplar un amanecer no aporta beneficios económicos ni mejora las ventas de las empresas. Tampoco disminuyen nuestras deudas pero cuando logramos vencer la pesada rutina del día a día, volvemos a ser los niños ingenuos que fuimos hace mucho tiempo. Viajamos en el tiempo y recuperamos parte de la inocencia perdida, sorprendiéndonos de que el Sol vuelva salir puntualmente. Es como si todo volviera a la normalidad tras el paso de la noche. En el fondo, nos alegramos de que el orden se imponga al caos, de que todo vuelva a su sitio.
Este libro es una recopilación de cuentos donde el alba adquiere un protagonismo secundario. Se convierte en un testigo mudo que no juzga, sólo observa a personajes que aman, sufren, ríen y mueren ante ella…