Cuentos de mar, melodía y luna nos sumerge en un fresco de situaciones diversas a lo largo de sus 16 relatos, todos ellos adornados por una cierta melancolía y cadencia narrativa.
Ausencia, amor, muerte, deseo, viajes interiores o recorridos geográficos son desgranados por un agudo ojo observador predispuesto a extraer todo el jugo de los detalles más nimios y una gran capacidad para dotar a las historias de un valor adicional que invita a la reflexión.
La estructura de cada uno de los relatos está magistralmente construida, con un ritmo y estilo que atrapan al lector desde la primera linea. Los personajes de esta obra, nítidamente perfilados, aparecen dotados de tridimensionalidad, y hasta de color, olor y, como no, melodía propia.
La música es el principal conductor, junto con el mar y una luna vigilante. Y tal como se desarrolla una sinfonía, el lengualje del autor, cargado de sensibilidad, nos invita a atravesar una singladura de hechos y pensamientos repletos del más fino simbolismo poético.