El argumento central es la soledad, la enorme soledad en medio de una vida organizada, de un hombre con una buena posición, familia y un entorno social agradable, que se vio envuelto en una vida paralela de actividades secretas. Con una posición profesional muy sólida y estable, se complica en un compromiso con el servicio secreto, sin ser consciente de que es un camino sin retorno.
Este hombre, Lázaro, tenía confianza en lo que le rodeaba, quiso decir que no a ese planteamiento de ir a lo que él consideraba un infierno, al que otros se resistieron con mucha mano izquierda.
No tenía miedo, pero objetivamente el viaje era peligroso, tanto para el cuerpo como para la mente. Lo discutió, se quiso negar, pero su máximo jefe utilizó todo su poder contra él, le obligó a aceptar.
El entorno en el que Lázaro confiaba, no entendió el dilema de Lázaro, no le apoyó en absoluto, no aceptó que tomara una decisión que hubiera llevado su vida por otro camino muy distinto.
Así pues esta historia va de perder la Fe. Lázaro perdió la Fe en Dios de adolescente, cuando murió una persona querida, de adulto perdió la Fe en los que le rodeaban cuando le obligaron a iniciar ese viaje.
Este hombre europeo en sus viajes conoce otra cultura, se mezcla con ella profundamente, mediante sus relaciones y la doble vertiente de su trabajo. Busca en la doble faceta de sus actividades de ultramar algo que no ha encontrado durante su existencia anterior en Europa para sentirse realizado o más completo.