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En las calles de la bella Tuluá, una hermosa mujer, en el seno de una familia de clase media, feliz y dichosa, pues el amor que pudo sentir por su amado Ricardo, lo iba a poder desenfrenar después de su matrimonio. Sí, se casa el sábado 17 de abril de 1920, a las 5:00 Pm, en la Iglesia de la ciudad. La familia Jaramillo discuten la organización de la ceremonia de su bella hija, su madre Alfonsina orgullosa y feliz ordena le traigan las mejores frutas de la plaza y los mejores adornos en flores y rosas de Jazmín. ¡Apresúrate Godofredo pues quizá mañana no encuentres flores, recuerda que mañana serán muchas las que se casen! Dice: Godofredo Si, la niña Isabel se merece la mejor fiesta, la mejor que se halla celebrado en toda Tuluá. Al señor Jaime Jaramillo, padre de Isabel mientras tanto le preocupa enemigos políticos que en esa entonces hostigaban a las familias más destacadas de la ciudad, pues los grupos o milicias urbanas o mejor Chusmeros, castigaban a aquellos que se negaban a pagar el impuesto de la defensa, y don Jaime un poco tacaño llevaba varios meses sin cancelar ese dichoso impuesto, que después de varias llamaditas se había negado a pagar. A las primeras horas de la mañana la señora Alfonsina se levanta de su cama y de un grito muy fuerte dice: hoy es sábado 20 de abriiill…mi hija se casa…