Foro para escritores de Bubok

Confieso que me cuesta decir algo de los relatos de Santiago, porque temo siempre hacer buena la expresión aquella de «los pájaros disparando a las escopetas». En fin, quién dijo miedo...

Me sigo asombrando con el buen hacer de muchos de vosotros. Se lo dije una vez a Piqueras [modo cebolla: ON]:  llamadlo envidia de la insana. En este caso lo que me admira es la forma en la que el autor consigue transformar la cotidianeidad en algo interesante (una constante habitual en él que le aleja del anonimato y me permite reconocer sus escritos o, al menos, intuirlos). 

Pero basta de flores. ¿Un anglicismo en el título? ¿Pero qué es esto?

Por otro lado, abundan las anécdotas en el texto, detalle que permite acercarse al personaje con afabilidad y simpatía. Empatía buscada, no me cabe duda. Sin embargo, en algún momento lo sentí (al tipo en cuestión) algo caricaturesco o esteriotipado (acaso tópico, en cierto sentido) y eso no me gustó tanto.

Bueno, pues al final parece que la cosa no salió tan escasa como parecía ¿eh?

Felicidades Sacra, y gracias por esos 3 puntos. Gracias también al resto por su tiempo y valoración.

La verdad es que, en general, no me entusiasmó ningún relato, y mi "análisis" fue más que liviano (que salía de viaje y tuve que dejarlo todo listo el viernes a medio día no es excusa, ya, lo mismo hubiera sido mejor no votar que hacerlo a prisas ¿verdad?). Aunque creo que los tres que elegí son los tres que habría elegido después de pensarlo con más tiempo, tal vez en otro orden. 

Y es que creo que el relato del pajote, pese a sus esquirlas, debería haber quedado más arriba. Al fin y al cabo no hay nada más solitario que eso: alienarse de tal modo del resto del mundo que no importe su desaparición. Pero formalmente habría que pulirlo, por no decir del manojo de tópicos que podrían haber sido menos o al menos matizados. Pero la idea creo que ha sido la mejor.

El mejor desarrollo, en cambio se lo he otorgado al relato de Santiago. Y por eso los tres puntos. De subrealista me acabó resultando posible. Y aunque más que solo el tipo me parece desconectado, en no sé qué café me ganó.

El ganador... Lo calé demasiado pronto. Demasiadas referencias en mi mochila con cuentos de gente que no sabe que está muerta, o que está soñando que al parecer es lo mismo. Es más, hace tiempo, no sé en qué edición, hubo uno similar en cuanto a que el pive (creo que ahí era un tipo) despierta en una ciudad abandonada. Aquí, a la segunda mención a la hora ya me olí a rabo quemao, y al recordar que "no te puedes quedar dormido bajo el agua..." pues eso: abre los ojos, el arte de morir, los otros, el sexto sentido (qué curioso, tres son españolas, dos de Amenabar... hum...) Y muerto el perro se acabó la rabia. Aún así me pareció en otra liga, junto con el de Santiago, que el resto (mío incluído) y por eso el 2. 

Por cierto que tanto a Sacra como a Santiago os pillé sin mucha duda. Sea ésto bueno o malo que lo decidan otros.

Del resto, el del divorciado me pareció que creaba más misterio del que luego tenía la cosa. Y la edad del crío, la abuela llorando... Carles, tenemos que hablar: tas mu ñoño. Creo que el tiro final es errado, que todo el despotrique anti-ex y todo ese intento de porqueyolovalgo de montar el piso debería haber caído no tanto en el crío, que también, sino en el echo de que, en realidad, el tío está coladito por ella... no sé, por deñoñificar un poco. Lo dicho, tenemos que hablar...

Del guante blanco hay muchas cosas que no me cuadraban, pero como ya se ha dicho que no se diga nada pues nada diré más, salvo que no es tan malo como lo pintan, vamos que tiene su punto. Al fin y al cabo el tipo se enfentra a sus miedos y vértigos por rapelar hasta la pava ¿no? Pues eso.

Amelia... me pareció un poco intensa (la verdad: me aburrí un poco) y el remate de que fuera lesbiana o no no me aportó nada. No sé, se supone que todo ese pesar debería haberme echo empatizar o algo, pero me acabé de entrar, me parecía que me vendían una moto y... vamos que no era relato para mí. Y aunque correcto creo que como camino está algo andado. Pero lo mismo soy yo que estoy en uno de esos días, como ElCubo.

Guillermo me daba la impersión de querer ser otra cosa pero no acabar de decidirse. Al final me dejó un poco frío, y si el tema era el miedo a quedarse solo del chico listo, no sé si el camino recorrido explicando la vida del niño (tirando un poco de tópicos Dickensianos, pa pedante yo que diría el otro) se justifica en el final. Por otro lado ¿no sentiría el mismo miedo un niño "normal" al que también fueran a alejar de sus padres? ¿O hasta más intensamente uno con deficiencia intelectual? Al fin y al cabo la soledad está más ligada a la parte emotiva: nos sentimos solos, no nos pensamos solos. No sé, creo que de ahí me viene el desacuerdo con este cuento.

Finalmente, del mío diré que uso DROP, en parte porque me me suena bien y porque además en inglés es significa gota, pero también caída y como verbo tirar (algo). No sé, me venía al pelo.

Bueno ahí van mis comentarios...

Me ha gustado mucho este relato, sobre todo a partir de la mitad cuando el ritmo se vuelve más trepidante al encenderse la alarma del desconcierto, de no saber qué está pasando y que de pronto la situación se vuelva ya preocupante. Al principio parece una escena totalmente cuotidiana. Imaginas que la historia será algo muy sencillo, cuotidiano, algo de familia. Pero a medida que todo se vuelve más y más extraño, alarmante, empiezas a sentir esa angustia y esta preocupación de la que hablo al pensar en qué demonios debe estar pasando. 

Me llama mucho la atención la paranoia de los relojes, que ella cree en ocasiones que están mal el de la habitación respecto al del comedor o la cocina, pero los vuelve a mirar y están bien, y luego le parece que están mal ya que están parados y se da cuenta que todos se han parado a la misma hora... pero a fuera sigue anocheciendo... Me gusta esta reiteración, que remarque que a fuera sigue anocheciendo, aunque el tiempo esté congelado. Me da la sensación de oscuridad y frío.

Preveía un final más tópico, más de lo que se lleva actualmente: un apocalipsis. Pero no, el final sorprende, da un giro de tuerca, aunque para mí gusto, y remarco “mi gusto”, el final lo hubiese dejado más insinuado, no mostrar directamente que está muerta y que su marido no sabe como reanimarla. Pero eso, ya es subjetivo.

Me gusta la introducción al relato, para luego contar la historia de Montse y sus ligoteos, aunque en sí el texto me parece un poco denso. Por ejemplo, la historia de la chica de Vigo se me antoja como “a medias” y pienso que debería haberse centrado en una historia en concreto.

Aunque en el final mejora, dejando ese sabor agrio del egoísmo de la gente, de la poca entrega, de que antes que suceda todo ya se piensa en cuando terminará y te volverás a casa con tu ego. Me gusta como aborda este tema.

Un relato que me parece simple y directo, transmitiendo las emociones con acierto. (Vivan mis cacofonías). Se nota un fondo humano, nada artificioso y que trata este problema o conflicto de los divorcios, el volver a empezar, el hijo o hijos que ya no verás tanto, de una manera próxima, sabiendo de lo qué habla.

Lo primero que le diría al autor o autora de este relato sería: “Joder, ¡qué relato más siniestro!” Y a mí me gusta lo siniestro, lo perverso, lo obsceno. Pero no es siniestro por la historia en sí misma, por lo que narra, sino por la idea que proyecta: Tomarse todo este trabajo, arriesgado y maquiavélico de bajar de un piso al otro con una cuerda y meterte en la cama de una mujer e irse sin que se de cuenta y hacerlo cada noche. Es muy perverso… No sé si el relato tiene algún doble sentido, o es algún simbolismo o hay algo encerrado que no sé ver, quizá sí, yo me he quedado en la cubierta, y me ha gustado. Especial mención a un lenguaje rico, con expresiones atractivas y una narración ágil que de una simple acción como bajar deslizándose con una cuerda hace toda una historia llena de sombras y de misterio, que sabe crear un halo fantasmagórico.

Me quedo abrumado al leer este relato. Es exquisito, una delicatesen. Escrito con pura delicadeza, magia, ternura, gusto… expresiones entrañables, metáforas y demás comparaciones bucólicas, que te invitan a un balanceo romántico mientras lo lees. Me ha encantado y considero que está muy por encima de mi nivel, es un relato superior al mío y a lo que yo escribo, por ejemplo, no obstante considero algunas cosillas que hacen que no le de la máxima puntuación. Se la daría, porque para mí es el mejor, pero estas cosillas que comentaré considero que le hacen bajar unos puntitos:

1-.La extensión. Que sea largo no es sinónimo de mejor desarrollado o más trabajado. O que sea corto que no esté trabajado y sea simple. Pero en mi opinión personal, y remarco “personal”, valoro más un relato ajustado a una extensión razonable, moldeándolo para que llegue a esa extensión, que uno demasiado corto y tenga la impresión de que el autor o autora no haya tenido la voluntad de moldear ese relato para que consiga esa extensión deseada. No obstante, también es cierto, que este relato quizá no sea propenso a alargarse.

2-. Demasiadas palabras “intelectuales”. Alguna adjetivación es de un nivel muy alto. Sí que es muy buena, muy visual y que transmite mucha sensación, pero la veo a un nivel muy alto… Por ejemplo: “acicate” (que no tengo ni idea qué significa), “gallardo” (sí que lo sé, pero igualmente es culta), “pátina” (ni idea), “voces ufanas” (ni idea), “tildarán su jactancia” (lo entiendo pero igualmente me parece muy culto, demasiadas expresiones y adjetivos cultos juntos), “rezumarán vanidad”, “indolentes plañideras”… y un largo etcétera. No digo que sea malo, al contrario, es una pasada, me deja impresionado, pero me parece “demasiado”. Quizá para un público culto sea perfecto, pero yo prefiero algo más llano.

Este relato lo contrapondría bajo la luz con Amelia, por lo que comentaba antes de su lenguaje culto. Guillermo también emplea algunas palabras más cultas, pero no tan continuamente como Amelia. Eso les da un aire más especial, más distinguido. Usa estas palabras más cultas con más espacio, haciendo que recaiga el interés en ellas, que sean especiales, pero sin hacer que sean cansinas. Es decir, sabe salpicar el relato con este tipo de lenguaje, bien repartido, dando énfasis a momentos concretos, pero no todo el rato.

De igual modo es un relato que transmite mucho, y sabe desarrollarse, adquiriendo esa extensión de la que hablaba, que me inspira trabajo, evolución y un esfuerzo. Es rico en lenguaje, algunas veces una adjetivación profusa, pero no en exceso, solo en momentos puntuales que le va bien a la descripción. Para mí, una buena reflexión sobre la vida de este tipo de personas, una narración continuada, encadenando los párrafos con armonía. 

Os dejo aquí mis apreciaciones a las historias de esta edición:

Tan tristes, tan solos... Como Santiago, aplaudo el hecho de que los primeros relatos presentados lleven premio, sobre todo si van sobrados de calidad como es el caso. Lo primero, el tema, bien llevado, intrigante y con un final sorprendente, con un punto añadido de angustia en el papel de los hijos reclamando la cena.  Muy bien la trama y formalmente muy correcto. Enhorabuena Sacra. Me falta el "pero": eso de sin dejar de gritar "holas"... no me acaba de gustar; ¿qué tal algo así?: repitiendo a gritos "¡Hola! ¡Hola!" una y otra vez hasta que la intensidad del silencia empezó  a asustarla... Sólo sugerencia, vaya.

Solo en casa: Pues eso ¿quién dijo miedo? Las dos primeras frases me han parecido un poco trabalenguas. Llámame torpe, pero he tenido que leerla dos veces, quizá sea esa coma como apunta Sacra; no sé; un pequeño lastre al inicio aunque reconozco que la historia poco a poco me ha ido enganchando. Me gusta la contextualización, muy lograda, muy visual. Muy ingenioso también ese referente jocoso a la realidad de los nombres: Los padres no ven que al llamar Yénifer a su hija la están predeterminando a que su máxima aspiración sea convertirse en peluquera... jejeje. Muy bueno. Pero aunque el relato ha estado en la lista de puntuables hasta el final, la historia me pareció menos impactante que las tres a las que he votado, a pesar de ser un excelente relato. En cuanto a la forma, me atrevería a decir que quizá hay demasiados puntos suspensivos. Y conste que yo también los uso frecuentemente, pero también me han censurado por ello en algún ejercicio de taller.

Piso vacío: Para mí, la mejor historia. Tierna, real, muy en el tema de la soledad, con ese final tan revelador y a la vez cargado de dramatismo. Transmite emoción. Pero estoy con Sacra en que hay cuestiones de forma que quizá le restan (para mí, por ejemplo: Había topado con un mínimo de complicidad... Yo cambiaría ese "topado". No me acaba de sonar bien "topar complicidad"; quizá: encontrado un mínimo de complicidad). Otro apunte: Creo que toda la ternura que logra el final de la historia en favor del protagonista, lleva una mancha desde el principio del relato cuando se refiere a la ex como puta. Creo que estropea algo, no añade valor a la historia. Es más, creo que el drama del protagonista luciría mucho más si prescindieras de su insulto. No obstante, felicidades por la emoción que transmite la historia.

Guante blanco: David, tampoco creo que sea para tanto. No es tu mejor relato, pero tiene ingenio y originalidad. Creo que te ha faltado tiempo para pulir un poco más la trama. A mí me parece un texto elaborado con prisas. Y quizá porque la historia merece más tiempo para hacerla algo más creíble, y porque ha sido muy alto el nivel de los relatos de cabeza, el jurado ha sido implacable.

Cuarto menguante: Mi tercera opción. También muy en el tema de la soledad. Cuánto ayudan esas onomatopeyas al sentimiento de soledad que acompaña las noches de insomnio. El relato transmite muy bien ese sentimiento. Formalmente muy correcto. Y la historia, aunque también original, me ha gustado un poco menos que las que he votado en primer y segundo lugar.

Guillermo: Creo que me hubiera gustado mucho más que el relato se encaminara a tu idea original. Seguramente el sentimiento de soledad estaría más logrado y resultaría más cercano ¿a quién no le han dejado colgado alguna vez en el último momento? Sin embargo, la historia del niño superdotado, aunque muy bien llevada, creo que es un poco más distante que la idea original. De hecho, para mí en alguno de los diálogos me parecen forzadas algunas expresiones, por ejemplo: -¿De mí? Espero que no le haya contado nada malo. De entrada parece una contestación que no me encaja, ni como cierta viniendo de un niño superdotado que sabe que el director no va a hablar mal de él, ni como chiste, por cuanto en tal caso más sería una impertinencia por su parte que un comentario gracioso. El silencio seguramente hubiera sido la respuesta más real tratándose de un niño, aun siendo superdotado, o quizá en virtud de ello) No obstante. muy buen trabajo y justo reconocimiento en ese cajón del podio. Enhorabuena.

En una masturbación: Jaume, lo primero es agradecerte mucho los halagadores comentarios que has hecho a mi relato. Lo segundo, hazle caso ya a Sacra con lo de los guiones de cierre a esos diálogos. Ahí no se pone raya. Delata falta de calidad en el escrito y eso distrae la lectura. 

Y en tercer lugar, creo que hay sexo demasiado explícito en el relato que, o bien creo debiera dosificarse eliminando algunas partes que no aportan al tema de la soledad, o bien buscarse recursos que lo hicieran menos visual y más imaginativo. No es tarea fácil, desde luego. Pero intentarlo vale la pena.

Aquí os dejo cómo quedó (después de revisarlo y pulirlo un poco) el último relato de la edición a la que pertenece este hilo: "Amor de guante blanco"