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Foro para escritores de Bubok

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lasacra1
Mensajes: 1.817
Fecha de ingreso: 24 de Febrero de 2010

UN FORO QUE FUNCIONE, POR FAVOR.

4 de Julio de 2013 a las 23:29
Abro este hilo para exponer un grave problema y esperando que los compañeros usuarios se sumen a la queja y exijan conmigo una solución.

Desde que decidieron cambiar el formato del foro, este servicio no funciona bien: es imposible editar; los textos, si son copiados, salen con el formato que les da la gana; citar es una tarea imposible... ( hay más, que los compañeros completen).

Resulta que en el foro hay en marcha dos concursos-taller que funcionan desde haca ya bastante tiempo y que resultan muy interesantes, tanto para los que participamos como para los que llegan y quieren ver cómo está de vivo bubok. Pero desde la reforma, mantener los concursos resulta frustrante, agotador y... cabreante, ya que postear los trabajos y que salgan como los hemos escrito es cuestión de pura suerte.

¿Podrían, por favor, regresar al antiguo foro en el que todo iba bien o arreglar esta "mejora" de forma que realmente sea una mejora y no una invitación a que nos busquemos otro sitio?

Saludos y gracias.
lasacra1
Mensajes: 1.817
Fecha de ingreso: 24 de Febrero de 2010
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  • 16 de Julio de 2013 a las 19:54
cita de lasacra Acabo de recibir un correo de bubok didindome que han solucionado los problemas en el foro e invitndome a que les comunique los que pueda encontrar, voy a usar este hilo para hacer pruebas. Os invito a que los dems tambin hagis vuestras pruebas y comuniquis los fallos.

Gracias (a bubok y a vosotros)
probando citar

lasacra1
Mensajes: 1.817
Fecha de ingreso: 24 de Febrero de 2010
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  • 16 de Julio de 2013 a las 20:01
Cabello de ángel

¿Cuántos años tenía yo entonces? Ocho, claro. Hacía la comunión, por eso había venido la abuela. Y por aquella época la comunión se hacía con ocho años. ¿Y la abuela? La abuela era dos años mayor que la otra abuela y ésta tenía entonces… si nació en el tres… setenta y… uno. O sea, que la abuela Mercedes tenía setenta y tres. Ah, pues sí que tenía ya años. No es que yo haya deformado el recuerdo y guarde de ella una imagen de dulce ancianita aunque no lo fuera. En aquel tiempo no era como ahora, que con setenta años parecen chavalitas: con su pelo teñido, repeinadas y maquilladas, que da gusto verlas. Entonces las abuelas parecían abuelas. Y las madres, madres. Que yo tengo ahora casi la misma edad que mi madre cuando murió y… que sigo pareciendo su hija, vamos.
La abuela Mercedes era muy pequeñita. Yo era una niña y la recuerdo pequeña, así que tenía que serlo. Lo era, lo era. Era más baja que mi hermana, de eso me acuerdo porque me resultaba muy chocante, no me parecía normal que una niña -tenía doce años- fuera más alta que una adulta. Y mi hermana no ha pasado del uno cuarenta y cinco… Sí, la abuela era menudita.
Cuando la vi salir del cuarto de baño aquel día, me pareció más grande, muchísimo más grande. Cómo me impresionó… hasta entonces no me había fijado nunca: ¡tenía los ojos azules! Eran unos ojos preciosos, no entiendo cómo no me había dado cuenta antes, llamaban la atención. Estaba en camisón. Un camisón blanco y largo, casi hasta los pies. Bueno, a lo mejor no estaba pensado para ser tan largo, pero como ella era tan bajita… Parecía mucho más joven, no parecía una abuela, fue como ver a un ángel. Sí, si supiera dibujar y me dijeran: “dibuja un ángel”, dibujaría a mi abuela saliendo del cuarto de baño aquel día; sólo le faltaban las alas, o no, porque si cierro los ojos… veo las alas.
Llevaba el pelo suelto. Nunca se lo había visto así, siempre se lo peinaba recogido en un moño. Y el moño se lo tapaba con… no era una redecilla, era como un pañuelo negro, como si lo llevara embolsado. No se lo he visto a nadie más. No me llamaba la atención porque ella siempre lo llevaba así, pero la verdad es que no creo que haya sido nunca algo muy normal. O sí, pero de muy antiguo.
La melena le llegaba por la cintura. Blanca, muy blanca. Daban ganas de acariciarla. Sin tocarla se sabía que era suave. Y olía bien, no pude comprobarlo hasta después, pero yo ya sabía que olía bien sólo con verla.
�� �—¡Qué pelo más largo! —Era lo único que mis ojos veían y mi boca pudo decir.
La abuela dejó escapar una risilla que intensificó aún más el azul de sus ojos. Posiblemente hasta se desplegaron sus alas, pero de eso no estoy segura.
�� �—Voy a peinarme, ¿quieres ayudarme?
�� �—¡Claro! —Era una pregunta absurda, cualquiera en el mundo hubiera dado su vida en ese momento por poder acercarse a ese pelo.
Fue a la habitación que ocupaba durante su visita y de una maleta sacó un peine y un trapo que parecía una toquilla, pero eso no abrigaba, era de tela fina.
�� �—Es un peinador, ¿tú no tienes ninguno?
�� �—No.
�� �—Pues éste para ti. De que acabemos lo lavamos y te lo quedas, te lo regalo yo.
�� �—¿Va a ser mi regalo de comunión? —pregunté interesada.
�� �—No. Esto te lo regalo porque quiero, para que te acuerdes de mí. Para tu comunión te he comprado una cosa que me dijo tu madre que querías.
�� �—¿El qué, abuelita? —Es curioso, qué bien se me daba ya ser zalamera cuando quería algo.
�� �—¡Ahhh…! Ya lo sabrás el día de la comunión —respondió enigmática y logrando que sus ojos no pudieran ser más azules.
Fuimos a la sala, separó una de las sillas de la mesa, se sentó, echó el peinador sobre sus hombros y levantó la melena para situarla sobre él. Me dio el peine y me dejó hacer.
Lo primero que hice fue meter mis dedos entre sus cabellos y deslizarlos. Supe lo que habría sentido si hubiera podido volar como un pájaro.
�� �—Está desenredado, abuela. —Y al decirlo me llevé a la cara el pelo que tenía en la mano para acariciarme con él y poder respirarlo.
�� �—Pasa el peine de todas formas, que siempre algún nudo sale.
Pasé el peine de arriba abajo muy despacio una vez. Y otra. Y otra más. Y aún otra. Y luego otra. Y seguí pasando el peine. No había nudos, no podía haberlos.
�� �—¿Siempre has tenido el pelo así de largo?
�� �—Ahora lo tengo más corto. Cuando me casé me llegaba por aquí —dijo poniendo su mano en el muslo, cerca de la rodilla.
�� �—¡Hala! ¿Sí?
La abuela se giró para mirarme y enseñarme su sonrisa.
�� �—¿Sabes hacer una trenza? —asentí con la cabeza —. Pues hazme una.
�� �—¿Y lo llevabas suelto cuando lo tenías tan largo?
�� �—No. Siempre lo he llevado recogido.
�� �—¿Por qué? —pregunté mientras separaba su melena en tres mechones parejos y empezaba a hacer la trenza con el mismo cuidado con el que días después dejé que se deshiciera la sagrada forma en mi boca.
�� �—Porque en mis tiempos el pelo siempre se llevaba recogido. Y para trabajar es muy incómodo llevarlo suelto, se mete en todos los sitios, y si se cae alguno…
�� �—¿Tú has trabajado?
�� �—Desde los diez años hasta que me casé. Me mandaron mis padres con una modista, de costurera.
No me sorprendió la edad con la que comenzó a trabajar, me pareció normal. Sí, ahora me escandaliza, pero entonces no. Mi padre con nueve años había sido pintor, mi madre con doce también fue costurera, mi otra abuela cuidaba ovejas con siete años… Yo tenía ocho años y todos los cojines de mi casa estaban hechos a ganchillo por mí. Y cuando sobraba tela de la ropa que nos hacía mi madre a mis hermanos o a mí, en seguida me llamaba y me decía: “toma, haz un pañuelo con esto”. Un pañuelo, una servilleta, una bolsa… a veces me dejaba hacerle un vestido a alguna muñeca. Yo no trabajaba porque mis padres no me habían mandado a ningún sitio a hacerlo, pero si lo hubieran hecho no me habría parecido nada extraño. Incluso pensaba que estaba capacitada para hacerlo. Quizás hasta lo estuviera.
�� �—¿Y cuando hiciste la comunión tampoco lo llevaste suelto? —pregunté sin dejar de pasar un mechón de pelo sobre otro con el mismo cuidado que tendría quien transporta nitroglicerina.
�� �—Tampoco. Entonces no era como ahora. Mi madre me llevó a misa por la mañana, comulgué y luego en casa nos tomamos un chocolate con unos dulces que había preparado ella. El vestido era el de ir a misa, más nuevo que el otro pero nada más.
�� �—¿Y cuando te casaste?
�� �—Pues casi lo mismo —dijo encogiendo los hombros.
�� �—¿Y por qué te lo dejabas tan largo?
�� �—Mi padre no me dejaba cortármelo y luego tu abuelo tampoco quería que me lo cortara, así que…
�� �—A mí, mamá siempre me hace las dos trenzas, pero en la comunión lo voy a llevar suelto. Me van a hacer la toga.
�� �—Y vas a ir guapísima, porque lo eres. —Y al escucharlo me sentí la niña más guapa del mundo.
La trenza estaba casi acabada, deshice un poco para hacerla mejor aunque no estaba mal hecha. Quería seguir tocando aquella melena.
�� �—¿Y para dormir tampoco te lo sueltas?
�� �—Dejo la trenza para que no se enrede. Antes, cuando vivía tu abuelo, algunas veces por las noches me lo soltaba del todo.
�� �—¿Por qué?
Pude escuchar la risa muda de mi abuela. Cuando consiguió transformarla en sonrisa inocente se giró de nuevo hacia mí.
�� �—Porque le gustaba verme con el pelo suelto.
La trenza estaba acabada. Tuve fuertes tentaciones de deshacerla por completo para comenzar de nuevo; no tuve oportunidad de dejarme llevar por ellas. La abuela había visto que estaba terminada y dio por finalizada la sesión.
�� �—La has hecho muy bien. Muchas gracias, preciosa.
La sujetó con una goma que llevaba en la muñeca y en la que yo no había reparado hasta ese momento. Me dio un beso, se levantó y fue de nuevo al dormitorio. Yo la seguí como sigue un perrillo a su amo. Cogió un puñado de horquillas que reposaban sobre la mesilla, se sentó en la cama y lentamente, aunque con destreza, fue enrollando la trenza sobre sí misma, escondiéndola, hasta que toda ella quedó pegada a su cabeza. Una a una fue colocando las horquillas. Parecía imposible que allí habitara una melena tan hermosa. Tomó el pañuelo negro, lo dobló de una forma irrepetible y lo posó sobre el moño. No pude ver cómo lo hizo, fue como un truco de magia, el pañuelo quedó fijo cubriendo la trenza recogida, como si siempre hubiera estado allí.
La abuela Mercedes volvió a parecer una abuela, otra vez era pequeña y sus ojos ya no eran de ningún color.
�� �—Vamos a lavar el peinador, ¿quieres? El día de tu comunión te lo pones y te peino yo. Tú también tienes el pelo ya muy largo.
Ahora que lo pienso, nunca he sabido de qué color tenía el pelo mi abuela cuando era joven. No se lo pregunté y ella tampoco me lo dijo.



probando copiar desde bloc de notas
incongruente
Mensajes: 1.269
Fecha de ingreso: 10 de Junio de 2008
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  • 16 de Julio de 2013 a las 21:38

Mare ma, Sacra de mis entretelas! No podas hacer unas pruebas algo ms cortitas, mi arma? Me pasao leyendo lo mismo tres cuartos de hora y yo me preguntaba a m mismo (a mis circunstancias no porque nunca me contestan) Onde st la prueba que ice la Sacra? Ya podas haber puesto al principio qu estabas probando. Por cierto, ya has catado lo que queras probar? Y... A qu sabe?


Ahora en serio. Esta intromisin del Administrador de bubok en la conversacin que llevamos, nos hace cambiar la idea de disear, mantener y difundir una web de la generacin de "la nueva literatura? Tenemos que decidir qu hacer, donde, cmo y cuando y, hasta ahora, solo habis dicho que os interesa la idea, pero ah muri la intencin.

Qu pasa, amigos? Necesitis ayuda divina para empezar a andar o es que ya estamos en verano y es mejor dejarlo para este otoo?
lasacra1
Mensajes: 1.817
Fecha de ingreso: 24 de Febrero de 2010
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  • 17 de Julio de 2013 a las 18:51
Jajajaja...
Lo primero que dije es que iba a usar el hilo para hacer pruebas. Subí un relato porque los problemas gordos los tenemos con los textos largos y salió dos veces, volví a subirlo para probar si le había dado dos veces o era un nuevo problema, luego probé a editar borrando por completo uno de los relatos, pero la edición no funciona (no hace nada) y por último probé a subir un relato desde el bloc de notas, por eso la repetición, perdónes miles los que le pido, señor Incongruente.

Advierto que voy a hacer otras cuantas pruebas a continuación, no hace falta que nadie lea el relato que voy a subir, es sólo para probar
lasacra1
Mensajes: 1.817
Fecha de ingreso: 24 de Febrero de 2010
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  • 17 de Julio de 2013 a las 18:54

PAULINO

Podría decirse que todo lo que yo sabía sobre vampiros se reducía a lo siguiente:

· Eran muertos que se quedaban en el mundo de los vivos chupando sangre.

· No soportaban la luz del sol.

· Aborrecían los crucifijos porque estaban al servicio del Maligno.

· El ajo los alejaba.

· Para matarlos definitivamente había que clavarles una estaca en el corazón.

· No existían, sólo eran productode imaginaciones exaltadas.

Por eso, cuando Paulino comenzó aquella conversación con esa frase tan contundente y tan seria, reaccioné como lo hice.

��������������� —Virginia, soy un vampiro.

Os lo imagináis, ¿no? Me entró la risa y no pude parar durante un buen rato.Vamos a ver, para empezar se llamaba Paulino. ¡Paulino! Un vampiro no puede llamarse así. Un vampiro tiene que llamarse Vladimir como poco. Aceptaría Basile, incluso Constantin, pero Paulino…estaréis conmigo en que no es un nombre apropiado.

Y no es que no fuera pálido como correspondería a alguien que no soporta la luz solar, es que era renegríoNo trabajaba en la construcción, pero parecía que se pasara el día subido al andamio o a los tejados a juzgar por lo tostado de su piel. Tenía un moreno agitanado de los que sirven de paradigma, de verdad.

Luego estaba la cuestión del crucifijo; para estar al servicio del Maligno no reparaba en lucir una enorme cadena de la que colgaba una cruz. De oro las dos, la cadena y la cruz. Y enormes, os lo digo yo.

Y que tampoco le ponía reparos al ajo, las alioli le encantaban. Tampoco se privaba de comer gambas al ajillo. ¿Cómo no me iba a reír? Además estaba el tema principal: los vampiros no existen. Me estaba tomando el pelo, estaba claro.

��������������� —No te rías, por favor. Me estoy sincerando contigo y necesito que me creas.

��������������� —Paulino, joder…

El tío estaba serio, pero serio, serio. Joder, que me entró mal rollo por haberme reído. Porque yo conocía a Paulino desde hacía muchísimo tiempo y sabía cuándo estaba de cachondeo y cuándo no. Y no estaba de cachondeo, para nada.

Lo siguiente que pensé fue que se había tomado algo por su cuenta sin leer el prospecto (a veces lo hacía) y que no le había caído bien.

��������������� —¿Te has tomado algo?

��������������� —Te juro que te estoy diciendo la verdad. No he tomado nada. Soy un vampiro.

Vale. Si no estaba de guasa y no se había tomado nada… la cosa ya era más grave. Paulino tenía que estar sufriendo algún brote de algo: depresivo, psicótico, una reverberación de algún trauma infantil, una homosexualidad mal conducida… algo gordo tenía que ser, porque si no aquello no tenía explicación.

��������������� —Pero vamos a ver, Paulino, ¿tú te das cuenta de lo que estás intentando hacerme creer? Joder, que los vampiros no existen, tío. ¿De dónde te has sacado que tú eres uno?

��������������� —Soy un vampiro, nací vampiro y siempre seré vampiro. No es algo que haya descubierto hace poco, siempre lo he sabido. Ahora lo estoy compartiendo contigo, pero no es algo nuevo.

��������������� —¡Te pillé! Acabas de decir que naciste vampiro, ¡meeek!, error. Los vampiros no nacen, se convierten en vampiros después de que otro los muerda.

��������������� —Eso es en las películas y en las novelas. Los vampiros nacemos como nacen los humanos, los perros o los gatos.

Ya. Una especie distinta. No una raza, sino una especie. ¿Vosotros lo hubierais creído así sin más? Yo tampoco. Seguía en mi idea de que este muchacho estaba pasando por una mala etapa.

��������������� —¿Y chupas sangre o eso es también cosa de películas?

��������������� —Necesito tomar sangre, sí.

��������������� —¿Y vas mordiendo a la gente o has llegado a un acuerdo con la Hermandad de Donantes?

��������������� —No me estás creyendo. Ni siquiera me tomas en serio.

Me medio reí porque no sé qué se esperaba. Me estaba contando que era un vampiro, ¿de verdad se pensaba que me lo iba a tragar sin cuestionar nada? Y se lo dije.

��������������� —Pero, ¿qué esperas Paulino? ¡Que te llamas Paulino! ¿Dónde se ha visto un vampiro con ese nombre? Y que los vampiros no existen, que son personajes de ficción, como Superman o los Jedis.

��������������� —Tengo cuatrocientos setenta y tres años. Mi nombre ha cambiado a lo largo del tiempo, no quiero llamar la atención. Y los vampiros existimos, te lo aseguro.

��������������� —Muy bien, pues cuenta, ponme al día. Naciste y tu madre te dijo: “hijo, eres un vampiro”. Sigue.

No es que me lo estuviera empezando a creer, que no, pero ya que estaba tan convencido me dije que lo mejor era dejar que se explayara con sus explicaciones. Lo mismo después de soltarlo ya se le pasaba la tontería y volvía a ser el chico simpático de siempre.

��������������� —No es algo que se diga. A ti tus padres no te dijeron que eras un ser humano, ¿o sí? Es un conocimiento con el que naces y creces, tienes conciencia de a qué grupo perteneces. Nosotros éramos vampiros y vivíamos como tales, teníamos nuestro territorio, nuestras costumbres… No nos dejábamos ver ni nos relacionábamos con los humanos porque… bueno, porque los humanos tenéis la fea costumbre de aborrecer todo aquello que desconocéis y no sois demasiado amigables con los que somos diferentes.

��������������� —Y si no os relacionabais, ¿de dónde sacabais la sangre?

Aunque no le creyera tenía que despejar dudas técnicas, por eso interrumpí para preguntar. Si me iba a colocar una mentira antológica, al menos que no tuviera fallos. Qué menos.

��������������� —Durante la noche nos abastecíamos. Mientras los humanos dormían nosotros hacíamos aún más pesado su sueño; es una habilidad que tenemos, cuando mordemos segregamos una substancia narcotizante. También segregamos otra substancia cicatrizadora, por eso nadie se enteraba de que había recibido nuestra visita.

��������������� —¿Y no se convertían en vampiros?

��������������� —Que no, que no somos contagiosos. Que sólo somos diferentes, como lo es un pájaro de un pez.

��������������� —Tío, comprende que hay toda una iconografía sobre el tema y que no es fácil ignorarla así como así.

¿Tenía razón o no? Joder, me sale con que es vampiro y me desmonta toda una tradición, era normal que intentara conciliar su historia con lo que yo creía saber sobre el tema.

��������������� —Estoy intentando explicarte quién soy. ¿Podrías, simplemente, escucharme?

��������������� —Te estoy escuchando, de verdad. Sigue.

—Soy una especie en peligro de extinción. Sólo quedo yo.

—Pero, ¿no sois inmortales?

—No. Vivimos muchos más años que los humanos, pero envejecemos y morimos igualmente. También sufrimos accidentes que nos causan la muerte y a veces enfermamos. Somos… soy un ser vivo como cualquier otro.

—¿Y qué pasó? ¿Por qué sólo quedas tú?

Os aseguro que si hubierais estado en mi lugar también habríais empezado a tomar en serio a Paulino. Era para verlo. O era el mejor actor del mundo o estaba diciendo la verdad. Quedaba la posibilidad de que estuviera como una regadera, cierto, y no la había descartado del todo todavía, pero el tío tenía toda la pinta de estar muy cuerdo. Que también le habríais empezado a creer, hacedme caso, que sí.

��������������� —Pasó que los humanos del pueblo del que nos abastecíamos sufrieron una epidemia. Para ellos no fue del todo fatal, pero para nosotros sí; su enfermedad resultó mortal para los vampiros. Uno a uno fueron muriendo todos.

��������������� —¿Y tú? ¿Cómo te salvaste tú?

��������������� —Yo me abastecía de una única familia y ésa no enfermó. Siempre me reñían por ceñirme sólo a esa casa, me decían que tenía que distribuir mis visitas porque si sólo acudía a un hogar sus miembros terminarían por acusar la falta de sangre en su salud y eso podría llevarlos a sospechar. Y ya ves, resulta que eso me salvó la vida.

��������������� —¿Y por qué no hacías caso y sólo ibas a esa casa?

��������������� —Si te lo digo te vas a reír. Suponiendo que me estés creyendo, claro.

��������������� —Pues… yo qué sé, tío. Ya me está pareciendo menos descabellado, pero todavía no sé si te creo. Cuenta, que no me río, de verdad.

��������������� —Estaba enamorado de la hija de esa familia, así que acudía allí sólo para verla y contemplar su sueño.

Había dicho que no me iba a reír y cumplí mi promesa, que conste. Me costó mucho trabajo pero mantuve el tipo. De verdad. Me porté, que quede claro.

��������������� —Desde que me quedé solo he vivido entre vosotros haciéndome pasar por uno más.

��������������� —¿No hay otros grupos en otros lugares?

��������������� —Tenía esa esperanza, pero no. He buscado y sólo quedo yo.

��������������� —¿Cómo lo sabes? No es posible que hayas recorrido todos los rincones del mundo.

��������������� —Tenía ciento veinticuatro años cuando ocurrió. Sí que es posible; me he recorrido el mundo de cabo a rabo y no. Sólo quedo yo.

��������������� —¿Y por qué me cuentas todo esto?

Sí, había conseguido convencerme. Le creía. Paulino era un vampiro y yo, hasta ese instante, no sabía nada sobre ellos. En ese momento me interesaba saber por qué había decidido confiar en mí.

��������������� —Porque necesito tu ayuda para intentar algo.

��������������� —Dime.

��������������� —Quiero recuperar mi especie.

��������������� —¿Cómo?

��������������� —No sé si daría resultado, ni siquiera sé si es posible. Pero quiero intentarlo.

��������������� —¿Cómo?

��������������� —Dejándote embarazada.

Como comprenderéis, la cara no me la vi, aunque me imagino que sería digna de ver, seguro. Otra vez me entró la risa, aunque esta vez la risa era distinta: nerviosa, muy nerviosa. No me jodas. No me digáis que la cosa no era para perder las formas.

��������������� —No te rías, por favor.

��������������� —Pero… ¿no decías que éramos como peces y pájaros?

��������������� —Y lo somos, pero a veces funciona. Se mezclan especies y… o surge una nueva o permanece la dominante.

��������������� —¿Y en cuatrocientos y pico años no se te ha ocurrido hasta ahora?

��������������� —Si, muchas veces. Nunca había encontrado a la persona adecuada.

��������������� —¿Y qué te hace pensar que yo lo soy?

��������������� —No sabría decirte. Lo eres, algo en mi interior me dice que contigo será posible.

��������������� —Y suponiendo que diga que sí y que tangamos vampiritos… madre mía… Suponiendo que la cosa funcione… ¿qué pretendes?, ¿qué nuestros hijos sean pareja y procreen?

��������������� —No. No seas bruta. Si funciona, cuando crezcan podrán buscar una pareja humana como he hecho yo.

Y aquí me tenéis, pensándomelo. No sé qué haré. El caso es que por una parte estoy casi convencida para hacerlo, pero por otra… mira que si lo único que quiere es echar un polvo… Que se llama Paulino, joder.

������������������������������������������������������������������������������������������

���������������

lasacra1
Mensajes: 1.817
Fecha de ingreso: 24 de Febrero de 2010
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  • 17 de Julio de 2013 a las 19:07
Os pongo al día sobre los avances obtenidos:

Ya podemos usar cursivas.
Ya podemos editar sin se que mutilen los textos y además los cambios se reflejan en el post (ayer al editar no se producía ningún cambio)

Pero... todavía no podemos copiar directamente desde el documento sin que le pasen cosas raras al texto. Tenemos, de momento, que seguir pasando por el bloc de notas para que el escrito se vea con cierta coherencia.

Esperemos que poco a poco también esto se solucione.
lasacra1
Mensajes: 1.817
Fecha de ingreso: 24 de Febrero de 2010
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  • 17 de Julio de 2013 a las 19:11
¡Inncongruente! Que no te he respondido a tu pregunta.

Yo sigo diciendo que me parece una buena iniciativa, pero también dije que yo no tengo la preparación suficiente para meterme en semejante berenjenal.
Repito mi ofrecimiento: trabajo (el que me digáis que tengo que hacer) y voluntad de aprender para poder ser más útil.
danielhr
Mensajes: 1.359
Fecha de ingreso: 19 de Mayo de 2008
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  • 18 de Julio de 2013 a las 19:20
Lamento enfriar los ánimos pero... esto sigue funcionando mal. No sé qué habrán modificado, pero ahora cualquier cosa que postees con un guión (-) el foro lo convierte automáticamente en una interrogación (?). Para muestra, aquí tenéis los�relatos presentados al concurso de micros de esta semana. ¿De dónde han salido esas interrogaciones? Y os juro que esto ayer no estaba así.
danielhr
Mensajes: 1.359
Fecha de ingreso: 19 de Mayo de 2008
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  • 18 de Julio de 2013 a las 19:36

Una prueba:


Guiones pequeos (los clsicos que aparecen en el teclado): - - - - - -

Guiones grandes (los tpicos de Word):––––––

Signos de interrogacin: ?????
incongruente
Mensajes: 1.269
Fecha de ingreso: 10 de Junio de 2008
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  • 18 de Julio de 2013 a las 20:14

—Qu habra que hacer para que bubok decida de una ve arreglar su web?

Todos los autores que usamos bubok estamos preocupados, pues si as son capaces de "arreglar" los foros, qu sern capaces de hacer con nuestros libros?
Edito:

Efectivamente, Daniel Hernandez tiene razn, esto funciona bastante mal, tirando a desesperante. Yo no entiendo mucho de informtica, pero tanto trabajo cuesta hacer que lo que se postea salga exactamente igual a como se ha escrito?
Entro en casi diez diferentes webs de literatura y esto solo est ocurriendo aqu. Seor Administrador de bubok, coja al responsable de este lo y, antes de despedirlo, pguele unas clases de informtica, a ver si conseguimos que esto funcione como los dems foros de la red.
incongruente
Mensajes: 1.269
Fecha de ingreso: 10 de Junio de 2008
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  • 18 de Julio de 2013 a las 20:29

Otros signos gramaticales:


!Exclamacin

Interrogacin?

"comillas"

Punto

$Dolar$

%Porcentaje%

&And&

/Barra inclinada/

(Parntesis)

=Igual=

*Asterisco*

>

Doble punto

Lo que sea

@Arroba@

€Euro€

—Guion largo—

-guion corto-

_Guion bajo_
incongruente
Mensajes: 1.269
Fecha de ingreso: 10 de Junio de 2008
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  • 18 de Julio de 2013 a las 20:32
Tampoco funcionan el simbolo del euro, guion largo ni la comilla española o angular.
jpiqueras
Mensajes: 2.805
Fecha de ingreso: 9 de Julio de 2009
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  • 18 de Julio de 2013 a las 20:32

¡Por Dios, qué han hecho los de Bubok!

Eso de cambiar los guiones largos por el signo ? podría ser algo que aconteciese a partir de ahora. Malo sería ,pero recurriríamos a otro tipo de guión. Pero... ¡TIENE EFECTOS RETROACTIVOS! ¡HORRORRRRRRR! ¿Habéis visto como han quedado los relatos, nuestros queridos relatos, aquellos en los que preferimos utilizar el guión largo por ser más profesional, chulo o elegante en los diálogos?

Acabo de ver mi relato del último concurso... ¡Ay! Desfigurado, tan sólo me ha faltado ver que me cambiaban a Woody por un caballero de la Tabla Redonda. Bueno, eso no ha ocurrido. Pero los diálogos... ¿Cómo es posible que hayan hecho algo así los de Bubok? ¿Quieren superarse, lograr que definitivamente nos rindamos? Bueno, entiendo que la hacer pruebas y tratar de incorporar mejoras pueden pasar esas cosas. Pero vaya, que ya podéis ir arreglando eso del guión largo.

De todos modos gracias por dar señales de vida, por aparecer por aquí, por atender nuestros reugos, por tratar de mejorar los foros.

Vaya, me vuelve a la memoria aquel del viajero que llega al Checkin del aeropuerto con varias maletas y le dice a la señorita:

-Mire, esta maleta me la envían a Madrid, que es donde voy. Pero esta otra grande la envían a Londres, y los dos maletines uno a Ciudad del Cabo y el otro a Nueva york.

La señorita exclama: -¡Eso es imposible, caballero!

-¿Imposible? No me diga, ¡Bien que me lo hicieron ustedes el año pasado!

danielhr
Mensajes: 1.359
Fecha de ingreso: 19 de Mayo de 2008
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  • 18 de Julio de 2013 a las 20:32
Déjame probar una cosa, Incong...

Prueba con el símbolo del Euro (€):

€€€€€€€

Demostrado: Bubok nos va a obligar a hacer algo que la crisis ni siquiera ha hecho: volver a pensar en pesetas...
jpiqueras
Mensajes: 2.805
Fecha de ingreso: 9 de Julio de 2009
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  • 18 de Julio de 2013 a las 20:34

¡Anda, acaba de aparecer un guión largo en mi último post, allí donde pues el interrogante: probando:

???

jpiqueras
Mensajes: 2.805
Fecha de ingreso: 9 de Julio de 2009
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  • 18 de Julio de 2013 a las 20:35

Ahora sale el interrogante. Pero yo no puse aquel guión largo... Lo peor de todo sería que las cosas varíen de modo aleatorio. Me voy de vacaciones. A la vuelta veremos como queda todo esto.

Editado, a ver que pasa. Que puse pero por peor.

incongruente
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Fecha de ingreso: 10 de Junio de 2008
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  • 18 de Julio de 2013 a las 20:37
jpiqueras
Mensajes: 2.805
Fecha de ingreso: 9 de Julio de 2009
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  • 18 de Julio de 2013 a las 20:38

Me hace ilusión probar lo del € (euro)

y lo del guión largo:

Editado: ¡Están bien! Bravo.

jpiqueras
Mensajes: 2.805
Fecha de ingreso: 9 de Julio de 2009
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  • 18 de Julio de 2013 a las 20:39

Houston, tenemos un problema.

danielhr
Mensajes: 1.359
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  • 18 de Julio de 2013 a las 20:48
Creo que ya he descubierto el patrón del guión largo: suele salir cuando se utilizan comillas ("texto"). Sin embargo, sólo aparece sustituyendo a la primera comilla. La última aparece sustituida por una interrogación. Esto SÍ que no puede arreglarse ya que, cuando vas a editarlo, el texto figura normal, como si no hubiera ningún fallo...
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