El Absoluto y el mundo.

El Absoluto y el mundo. La Trinidad de Dios y la creación a la luz de la razón filosófica.

Sobre la presente obra, su título principal, "El Absoluto y el mundo", nos lleva al período filosófico en el que tendría que ubicarse, que no es otro que el del idealismo alemán. Todos los idealistas hablan del Absoluto, Dios, en relación con su obra, aunque esta relación se puede entender como un proceso derivado inmanentemente de Dios, por una necesidad de su ser, o como un proceso voluntario, en el que Dios libremente crea el mundo por un acto de su voluntad, sin ninguna necesidad interna de su procesión: la creación es el resultado de una voluntad libre que no tiene ninguna determinación de su realización ad extra, fuera de la decisión libre de esa voluntad, por lo tanto del ser divino al que la misma pertenece. En el trabajo realizado se muestra que Hegel es el autor que mejor supo implementar la creación del mundo a partir del ser primero, identificado este con su pensamiento, en lo que él al comenzar la Ciencia de la lógica llama la unión del ser y la nada para producir el devenir, esto es, lo que llamamos creación, una unión entre el ser y el pensar que está presente en la filosofía desde el siglo VI a.c en el pensamiento de Parménides pero nunca llegó a la implementación que Hegel realiza, asumiendo el saber del desarrollo cultural y filosófico de Occidente.

El segundo de los títulos, "La Trinidad de Dios y la creación", puede parecer a muchos un exceso intelectual e incluso una provocación, porque en el cristianismo siempre se habló de la Trinidad como el principal de sus misterios de fe, juntamente con la divinidad que constituía el ser humano de Jesús, su estructura óntica. Nuestra posición es que la Trinidad, tras el desarrollo histórico del pensamiento filosófico tal como se ha desarrollado diacrónicamente, puede ser considerada por la razón filosófica, aunque de hecho tal razón siempre a ido unida a la razón o pensamiento teológico del cristianismo. se podría pensar que si no se hubiera producido el hecho histórico del cristianismo, nunca habría habido una razón que tratase la Trinidad como un problema filosófico, pero aquí tenemos un contrafáctico carente de sentido, porque el hecho real es que el cristianismo se ha constituído como uno de los principales factores que determinan la comprensión de la concepción del mundo actual y lo hace cada día con mayor fuerza, entre las distintas religiones que hoy en el mundo intentan dar cuenta del hecho religioso humano. Por otra parte, no hay que olvidar que la religión cristiana asume que la base de su fe es el misterio cristológico-trinitario.