Sólo me queda abrazarme yo para amarte

En la oscuridad de un bar una escena de sexo inesperada cambia la vida de dos de sus protagonistas, y les lleva a vivir una vida en común llena de lujuria y desventuras. Ella es una chica con estado civil difuso, sin compromisos; él un divorciado con poca actividad sexual. Se juntan y disfrutan de una química que les une sorprendentemente.

En una habitación de hotel dos personas se conocen en su primera cita para mantener relaciones íntimas. Son dos casados infieles, se han conocido a través de una página de contactos por Internet, apenas pueden verse más que a escondidas y escasamente, viven a centenas de kilómetros y sin grandes excusas para viajar.

Las historias de amor y sexo de ambas parejas se entrecruzan durante el libro en dos niveles de realidad muy diferentes.

Nuestros personajes afrontan con humor y erotismo la solución a sus problemas, y parecen encontrar en ello al menos un paréntesis de satisfacción.

El libro con más ternura, humor y sexo (¿gratuito) de los últimos 77 años.